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EDITORIAL – Ya huele a Carnaval

Por Redacción Sep 7, 2017 #editorial #opinión

Ayuntamiento de CádizLa imposibilidad de llegar a un acuerdo entre las distintas fuerzas políticas del Ayuntamiento de Cádiz ha llevado al Equipo de Gobierno a desechar la idea de presentar una propuesta de presupuestos municipales, al menos para este año. La pregunta que nos hacemos es quien sale beneficiado y perjudicado con este asunto.

Los miembros del gobierno formado por Podemos y Ganar Cádiz han sabido adaptarse después de dos años en el poder a tener enfrente una mayoría hostil. Han aprendido que su mejor baza es aguantar lo más estoicamente posible hasta que se convoquen de nuevo elecciones y cruzar los dedos para que el equilibrio de fuerzas de la próxima corporación les sea más favorable. El desgaste que sufre José María González y su equipo con una gestión municipal plana y sin proyectos relevantes es muy limitado gracias al discurso que mantuvo la derecha de que después de Teófila Martínez vendría el apocalipsis. El apocalipsis no vino, el ayuntamiento siguió funcionando, los funcionarios cobran sus nóminas y todo sigue más o menos igual. Esta normalidad y el convencimiento de que poco más se puede hacer con una minoría tan exigua puede llevar al alcalde González a repetir al frente del gobierno otros cuatro años más. Con una nueva oportunidad y un equipo más competente tras las próximas elecciones, que lo tendrán, podemos tener alcalde para rato.

El bloqueo que sufre el Consistorio también beneficia al Partido Popular, pues mantiene en tensión a su electorado más afín, máxime si como parece la idolatrada Teófila Martínez repite como candidata dentro de dos años. Sin mover un dedo y manteniedo el enfrentamiento con los que gobiernan se aseguran un buen resultado, de ahí que seguirán en la estrategie de «cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor, mejor para mí el suyo beneficio político».

El eterno aspirante, el PSOE, ha dejado de serlo. La llave de gobierno se les ha atragantado y deberían ser los primeros interesados en intentar por todos los medios que el presupuesto saliera adelante con un marcado sello socialista, socialdemócrata o como quieran llamarse. Pero con un equipo que sigue viendo a su portavoz como el ‘Obama blanco’ y un líder ocupado en encontrar una salida que le asegure su sustento no son las mejores herramientas para construir una alternativa viable. El portavoz socialista se arrimó al pedrismo una vez que comprobó que en el sussanismo no tenía recorrido. Tras la victoria de Pedro Sánchez los pedristas gaditanos le dieron con la puerta en las narices por lo que ahora está intentando la reconversión al irenismo, algo que no es difícil para el camaleónico concejal. El problema es que con tanto cambio ya solo se fían de él sus más incondicionales, que cada día son menos. Su última baza podría ser no presentarse a la reelección como Secretario General del PSOE de Cádiz y poner en su lugar a alguien afín, pero su principal problema, lo que lo está achicharrando, es su puesto como portavoz municipal y hasta que no consiga salir de ahí su reputación seguirá perdiendo enteros.

Por último Ciudadanos mantiene una posición incómoda. Un partido nacido para ser la muleta del poder, ya sea soportando gobiernos populares o socialistas, no tiene argumentos cuando el poder lo ostentan los ‘belcebuces’ de Podemos junto a los ‘satanases’ comunistas. Es como el Cádiz cuando tiene que hacerse con el balón, no es lo suyo. De ahí que sus opciones pasen por seguir vivos en la próxima corporación con la esperanza que el gobierno recaiga en una Teófila Martínez en minoría.

Con estos mimbres no solo va a ser imposible el presupuesto de 2017, sino también el de 2018 y 2019 hasta las elecciones de mayo. Un panorama desolador para una ciudad acostumbrada a verlas venir, viviendo una eterna crisis. Menos mal que estamos en septiembre, empiezan los ensayos y ya se va conformando cómo será el COAC del próximo año que es lo de verdad importa. Ya huele a Carnaval.

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