El Baluarte de Candelaria recuperó en la tarde de ayer jueves, el ambiente del Cortijo de los Rosales con una convivencia en la que participó medio millar de personas mayores de 60 años.
En los últimos años, para acceder a este evento en el que se ofrecía una comida a los mayores, se debía contar con una invitación la cual era remitida a centros y asociaciones de mayores de la ciudad, formándose largas colas para entrar desde mucho tiempo antes de abrirse las puertas. La Delegación del Mayor ha apostado por cambiar esta dinámica, con la intención de hacerlo más abierto y participativo, como ya se organizó desde esta Delegación en Carnaval. En este sentido, se ha potenciado el carácter de convivencia y participación en desarrollo del principio de “envejecimiento activo” regulado por la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social. No había comida, ni invitaciones, sino una barra de bar, una orquesta con música en directo y entrada libre para todas las personas mayores de sesenta años, lo que evitó que se formasen las desagradables colas.
El recinto llegó a albergar a cerca de 500 personas mayores de sesenta años, unas pertenecientes a centros y asociaciones y otras muchas no. En los descansos de la orquesta se sortearon diferentes productos ofrecidos por empresas de la ciudad, como Hotel Senator, El Aljibe (Grupo Grosso) y el Cádiz CF. El ambiente fue in crescendo a medida que transcurría la velada, llegándose hasta la medianoche, momento en que se dio por finalizado el acto, pese a que todavía eran muchas las personas con ganas de baile y diversión.
Muchas de las personas mayores asistentes coincidieron en rememorar el espíritu y ambiente de los añorados bailes en el Cortijo de los Rosales que vivieron durante su juventud durante las décadas de los cincuenta, sesenta y parte de los setenta y donde muchos de ellos se conocieron e incluso iniciaron una vida en pareja que, en muchos casos, aún perdura.