En el momento histórico que vivimos es necesario un giro a la izquierda de la política económica y social.
Ya no nos valen los parches terapéuticos para curar un capitalismo muerto. Es precisa la defensa contundente de un programa donde las medidas liberales y las socialdemócratas se dejen en el baúl de los peores recuerdos.
Ha llegado el momento de sustituir el bipartidismo también conocido como “da lo mismo” por una nueva política valiente donde crezcamos todos, porque la política está secuestrada, no puede crecer ni desarrollar en libertad. Se han sustituido los ideales de la sociedad por los intereses de unos pocos, que han hecho de su ejercicio una profesión y unos acérrimos defensores de una casta que nos domina y nos someten a una esclavitud extrema.
Las tres personas más ricas del mundo tienen activos superiores al PNB de los 48 países más pobres en los que viven 600 millones de personas. Otras 257 tienen más que la renta anual conjunta del 45% de la humanidad, es decir, unas 2.800 millones de personas. Y presumen y nos engañan diciéndonos que somos libres y vivimos en democracia.
El día en que este país se haga ley la justicia y la rectitud, nos libremos de los explotadores, se liberen los oprimidos, no se humillen ni maltraten a los extranjeros, los huérfanos y las viudas, no se abandone a los más débiles de la sociedad, viviremos en democracia y libertad.
Y ese día llegará cuando todos deseemos con todas nuestras fuerzas nuestra libertad.
Es la hora de romper las cadenas, de tomar lo que es nuestro y unos pocos no están robando desde hace siglos con la complacencia de unos políticos que dicen defender nuestros intereses.
Entre todos hemos de sentar los cimientos de una nueva sociedad, un nuevo modelo económico y una democracia más participativa que nos permita globalizar la paz, la justicia social en nuestra ciudad, rescatar la libertad perdida, los derechos atenuados y la creatividad narcotizada para desde la transparencia y la democracia participativa acabar con las prácticas corruptas, el despilfarro y el deterioro de todo aquello que nos hace iguales.
Hay tiempo, fuerza social, para lograr una sociedad más fuerte que el mercado y que no se deslumbre ante la falacia de la fanfarria y la propaganda. Y hay capital humano suficiente para llevar a cabo la tarea.
El 26-J vota, acude al colegio electoral sin cadenas, si quieres un mejor futuro para tus hijos. Porque no da lo mismo, de algunos al menos sabemos que desde siempre nos han robado todo.