El ministro había afeado la falta de infraestructuras del otro lado para garantizar la «fluidez» en el paso fronterizo
El Gobierno de Gibraltar ha anunciado que «planea una importante remodelación» de las entradas peatonales y de vehículos al Peñón en la frontera terrestre con España, tan solo un día después de que el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, hubiera criticado la falta de infraestructuras del lado gibraltareño de la Verja.
En un comunicado, el Ejecutivo de Fabian Picardo ha explicado que «planea llevar a cabo una importante remodelación de las entradas peatonales y de vehículos a Gibraltar» a través de la Verja y ha esgrimido que dicha remodelación «se había retrasado a la espera de la negociación» del acuerdo entre Reino Unido y la UE sobre la futura relación del Peñón con los Veintisiete.
Dichas negociaciones entre Londres y Bruselas, que arrancaron hace más de dos años y se han visto paralizadas por el adelanto electoral en España, tienen su base en lo acordado entre el Gobierno español y el británico en la Nochevieja de 2020 y que busca la creación de una zona de prosperidad compartida entre el Peñón y el Campo de Gibraltar.
La intención del Gobierno gibraltareño es instalar «una serie de puertas automáticas de control de pasaportes (e-gates) en el lado gibraltareño, además de los controles manuales, con el fin de permitir un acceso más fluido de personas» en caso de que finalmente no haya un acuerdo negociado con la UE.
«El uso de estas puertas electrónicas permitirá procesar más personas al mismo tiempo», ha subrayado, precisando que «la propuesta de puerta electrónica ya cuenta con permiso de construcción».
Según ha aclarado el Gobierno gibraltareño, que no ha ofrecido ningún plazo, «la intención es presentar a la Comisión de Desarrollo y Planificación la propuesta de remodelación del vestíbulo de llegadas de peatones y de las zonas exteriores para vehículos» ya que considera que «tendría sentido realizar los dos proyectos al mismo tiempo, en caso de que las puertas electrónicas llegaran a ser necesarias».
Por su parte, el ministro de Turismo gibraltareño, Vijay Daryanani, responsable de los puntos de entrada de visitantes, ha defendido que la remodelación propuesta de los puntos de acceso terrestre mejorará drásticamente la experiencia de los millones de personas que cruzan la Verja cada año.
INTERCAMBIO DE REPROCHES
El anuncio se ha producido en medio de los reproches entre el Gobierno gibraltareño y el español por los controles que se están llevando a cabo en la frontera, en la que en los últimos días se han producido largas colas de espera.
El pasado 25 de agosto, el Gobierno del Peñón había denunciado un cambio en los controles de pasaportes introducido presuntamente por España y había pedido explicaciones, amenazando con represalias.
Según dijo entonces, los agentes españoles estaban procediendo a escanear «un número significativo de pasaportes, incluidos los de los titulares de la tarjeta roja de residente en Gibraltar e incluso de algunos ciudadanos españoles» provocando largas esperas en la Verja en un periodo especialmente alto de turistas a la colonia británica.
Este lunes, las autoridades gibraltareñas anunciaron que habían procedido «a regañadientes» a realizar «el escaneado recíproco, de manera aleatoria, de la documentación de los ciudadanos no británicos» que cruzaban la frontera, ocasionando nuevas demoras que se sumaron al hecho de que el nuevo carril para vehículos de dos ruedas abierto por España no tenía correspondencia del otro lado.
Ante estas circunstancias, Albares, de visita en Cádiz para una reunión de ministros de la UE, explicó que el Gobierno de Gibraltar conocía de antemano la creación del carril para vehículos de dos ruedas «para facilitar el acceso de trabajadores transfronterizos» y garantizar una mayor «fluidez».
«Por el lado gibraltareño no se han hecho las infraestructuras necesarias para poder hacer ese tráfico de dos ruedas y eso es lo que ha producido este embudo», resaltó, defendiendo que tanto estas circunstancias como los incidentes registrados durante el mes de agosto en aguas próximas a Gibraltar que España reivindica como propias demuestran «la necesidad de un acuerdo» para la creación de una zona de prosperidad compartida.