No crean ustedes que con este título me refiero a la genial película de Blake Edwards donde Peter Sellers interpreta en ella un papel antológico, el de un hombre que de repente por error se encuentra donde no debe y con su comportamiento lleva a todos a las situaciones más absurdamente cómicas y disparatadas. Bien, pues agárrense a las sillas y sillones, en Cádiz hace muy poquito hubo un guateque, uno de esos que dan lugar a todo tipo de comentarios, maliciosos en su mayoría que para eso esto es Cádiz. Lo curioso de este guateque es que se celebró en la sede de un partido político, algo nada habitual y que hace de este guateque un party especial. Cuando me lo contaron no me lo podía imaginar ¿que en la sede del PSOE de Cádiz hacen fiestas? pregunté asombrado, Pues hasta hay fotos en Internet, me respondieron. Yo puede que sea un antiguo pero a mi las sedes de los partidos y los sindicatos me parece que están para lo que tienen que estar y no para lo que no tiene que ser ¿No parezco Rajoy?, a lo que iba que uno va a la sede a trabajar que en el caso de un partido es a discutir estrategias políticas con los compañeros o camaradas, a decidir quien representará al partido en los procesos electorales, sobre quien recaen las responsabilidades, a criticar lo que sea preciso, a escuchar a los camaradas que tienen más conocimiento de un tema determinado, a cosas así. ¿Pero a un guateque? es la primera vez que lo escucho.
Me fui a las redes y efectivamente allí estaban las fotos. Unas dieciséis personas, más el que hacía las fotos, en torno a una mesa alargada con sus tortillas de papas, sus aceitunas y su salchichón, sus litronas y todos los avíos que se precisan en un party. No voy a hacer una crónica cotilla tipo se veía a fulanito muy agarrado a fulanita o desde las elecciones últimas no se veía compartir foro a mengano con zutano. Nada más lejos de mi, yo soy un señor de izquierdas de los de toda la vida de Dios y no entramos en esas bajezas, el que quiera esos comentarios no tiene más que ir al Facebook y en la cuenta de un concejal, son tres nada más así que es fácil, encontrarán las fotos del evento. Eso sí, caras risueñas, gestos de alegría nada contenida ¡Cómo si hubieran ganado unas elecciones! lo que todo sabemos no hace el PSOE en Cádiz desde hace ya más tiempo del prudente, que los socialistas gaditanos no andan precisamente para fiestas. Además ¿sólo dieciséis personas? ¿No hay más de cuatrocientos militantes en la agrupación socialista gaditana? ¿Dónde estaban los cuatrocientos? ¡Ah ya! que se pensaban ellos en un partido político de izquierdas. Qué estulto soy y hasta donde llega mi necedad, resulta que esas otras personas piensan que los partidos son para tener asambleas en las que discutir de política, tomar decisiones, controlar a sus dirigentes y formarse en sus principios. Principios, gran palabra tan olvidada en estos días de populismos y carreras políticas en clave personal, muy personal. Total que vemos a líder local rodeado de sus quince y poco más mientras los cuatrocientos se ausentan, en el mejor de los casos. Todo un estratega de la vida interna, mejor quince leales que cuatro centenas de indecisos, críticos o directamente hostiles en potencia. En esto, vean ustedes que no me dejo llevar por impulsos emocionales, le alabo al líder local su capacidad de maniobra y esa clarividencia de ande yo caliente con mis quince y ríanse los cuatrocientos cada uno en su casa. Un liderazgo para tirar cohetes y fuegos de artificio y no parar. En fin qué les voy a contar, lo que fue el PSOE de Cádiz y lo que es ahora es como la diferencia entre el invierno de Soria y el Verano de Écija. Me llama la atención que una de las fotos del guateque aparece sonriente el líder y en el muro en el que se apoya aparece escrita la palabra MOVILIDAD, así con mayúsculas grandotas, y uno en sus maldades se pregunta ¿Qué movilidad hay ahora en la cabeza del líder? ¿la de moverse de Pedro a Susana o viceversa? que uno, la gran mayoría en realidad, no sabe donde se sitúa el líder. Me temo que debe ser algo así porque la movilidad que realmente le correspondería, la de quien se mueve del sitio después de varios resultados electorales en cuesta abajo, esa ni la imagina. Y claro así acaban las cosas, haciendo un guateque para quince y desmoralizando a cuatrocientos. Campeón.