El proceso participativo desarrollado por la Universidad de Cádiz para la definición de los usos de los espacios de integración del puerto en la ciudad ha revelado el interés de los participantes en el mismo por un modelo o alternativa de integración de carácter abierto u horizontal, en el que prevalecen la actividad productiva portuaria, los equipamientos públicos urbanos y las actividades productivas.
Esta es la principal conclusión expuesta hoy en la presentación a los medios de comunicación de los resultados del estudio, en el que han estado presentes el rector de la Universidad de Cádiz (UCA), Eduardo González Mazo; el alcalde de Cádiz, José María González Santos, y el presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC), José Luis Blanco Romero.
Según ha expuesto Juan Manuel Barragán, catedrático que ha liderado el proceso, los participantes han manifestado que sí quieren en los espacios de integración del puerto en la ciudad turismo de cruceros, actividad náutica deportiva, museos, exposiciones, espacios para eventos (especialmente relacionados con la actividad marítima), aparcamientos subterráneos, apuesta por el transporte metropolitano, uso hotelero y hostelero, carril bici y zonas verdes.
Por otro lado, los participantes también han dejado constancia durante el proceso, que se ha prolongado 9 meses, que en los espacios de integración no quieren aparcamientos en superficie, uso residencial, grandes centros comerciales, ni apartamentos turísticos.
Barragán, que ha destacado también el alto grado de consenso existente en los resultados, ha manifestado también que el modelo de relación puerto ciudad propuesto por la UCA es fundamentalmente portuario, productivo y multifuncional, admitiendo algunos equipamientos públicos (siempre en bastante menor medida que los de naturaleza portuaria y productiva), flexible y adaptativo (aceptando usos reversibles en caso de ser urbanos), y no residencial.
El presidente de la APBC, por su parte, ha agradecido y valorado el trabajo desarrollado por la UCA al tiempo que ha recordado que este proyecto es sólo un ejemplo más de la colaboración interinstitucional.
Blanco ha recordado que la APBC tenía dos objetivos clave con esta operación. El primero, seguir siendo motor de desarrollo de la Bahía y principal agente generador de empleo y riqueza, como atestigua un estudio de la UCA presentado recientemente, en el que se certifica que 11.000 los empleos que dependen del puerto de forma directa, indirecta e inducida.
Por otro lado, el segundo objetivo es que estos espacios sigan siendo rentables. “Los puertos estamos obligados por ley a tener una rentabilidad positiva. Necesitamos seguir siendo rentables para seguir siendo competitivos. Esta rentabilidad es la llave de nuevas inversiones y del abaratamiento de las tasas, que nos demandan los empresarios y el propio mercado”, afirma el presidente.
El presidente de la APBC ha explicado también que queda pendiente el resultado del curso de ideas que se hará con la Universidad Politécnica de Madrid y el colegio de Arquitectos y que tras el verano se quiere organizar algún encuentro en el que expertos vengan a contarnos experiencias o casos de éxito en otros lugares como Bilbao, Barcelona o Alicante.
El resultado con todo será una nueva Delimitación de Espacios y Usos Portuarios y un nuevo Plan Especial donde se recojan los nuevos usos que se definan o se están definiendo ya en todo este proceso.
El alcalde de Cádiz, José María González, se ha mostrado “muy orgulloso” por el trabajo realizado y, sobre todo, por cómo se ha desarrolla este proceso, con la participación de una muestra significativa de la sociedad gaditana. “Es un proceso importante que pone de manifiesto hasta qué punto se valoran las decisiones de las personas y hasta qué punto son necesarias en la conformación de un proyecto a futuro. Si bien es cierto que somos las administraciones las encargadas de ejecutar el proyecto de integración puerto-ciudad, no es menos cierto que no hacerlo de la mano de la ciudadanía sería un craso error”, ha defendido el regidor, que ha tomado prestada una frase del profesor Barragán para reforzar sus propias palabras: “Una sociedad, cuanto más democrática es, más consulta ciudadana realiza”.
El rector de la UCA ha agradecido en primer lugar la confianza depositada en la Universidad de Cádiz por todas las instituciones implicadas y a la ciudadanía para liderar este proceso. Se trata de “un trabajo riguroso, actualizado y concreto” que recoge los resultados y aportaciones de centenares de personas que han participado, las cinco conferencias, las cinco mesas redondas y los dos talleres participativos celebrados entre el 25 de noviembre de 2016 hasta el 18 de mayo de este año.
Una docena de profesores y personal de la UCA, bajo la coordinación del catedrático Juan Manuel Barragán, han realizado “en tiempo récord, en plazo y cumpliendo las expectativas de esta exigente tarea”, ha reconocido. Concretamente, han participado los docentes Alfredo Fernández, Manuel Arcila, José Antonio López, Daniel Coronado, Manuel Acosta, Javier García Sanabria, Pepa Muñoz Cueto, Francisco Piniella y María del Mar Cerbán, con el apoyo del comisionado del II Plan Estratégico de la UCA, Antonio Javier González, y la doctoranda María de Andrés. A lo largo de siete mes, se han elaborado todos los informes previstos: Análisis del territorio y su población, Análisis económico general, Análisis del turismo de cruceros, Diagnóstico integrado y Proceso participativo.
González Mazo ha recordado que “la Universidad demuestra que es un instrumento útil, que está involucrada siempre con las administraciones públicas y con la sociedad en todo lo que se le requiere”. Ha resaltado también la “virtud colaborativa” de este proceso, donde la UCA tiene como “obligación estar al lado de las administraciones implicadas para trabajar conjuntamente en el bienestar de la ciudadanía”. Una oportunidad “única” que se ha acometido siguiendo seis premisas básicas: trabajo en equipo, de forma cooperativa y participativa, apostando por la transparencia, de forma responsable y con visión de futuro.
Desde la Universidad de Cádiz, se ha hecho hincapié en el formato abierto que se ha utilizado que “garantiza la satisfacción y el éxito de organización”, ya que los profesionales universitarios han podido hacer su labor con “absoluta libertad” y llevar a cabo con objetividad lo que se ha plasmado en el proyecto.