La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural ha aumentado de tres a cuatro horas diarias las posibilidades de pesca para el caladero de chirla del Golfo de Cádiz en respuesta a las demandas que venía haciendo el sector. A cambio, la mayor parte del sector se ha comprometido a disminuir el esfuerzo pesquero y cada barco reducirá de 150 a 120 kilos la cantidad máxima de capturas al día.
El consejero del ramo, Rodrigo Sánchez Haro, que ha tomado esta decisión en contacto con los interesados en la pesquería de chirla, ha informado al sector de que en septiembre se volverá a hacer una evaluación del recurso para comprobar si esta modificación permite mantener el rendimiento máximo sostenible en límites correctos. «En el caso contrario, se tomarán las medidas oportunas», ha enfatizado Sánchez Haro, quien ha recordado que «la prioridad es garantizar la sostenibilidad de esta actividad desde el punto de vista ambiental, económico y social».
En el marco de la interlocución permanente que mantiene la Consejería con este sector, el pasado día 20 de julio la directora general de Pesca y Acuicultura, Margarita Pérez, mantuvo un encuentro con representantes del sector para informarles acerca de la situación científica en la que se encontraba el caladero tras algo más de dos semanas desde el reinicio de la actividad marisquera. En esta reunión, Pérez trasladó el compromiso de la Consejería de equilibrar la información científica y económica para valorar la posibilidad de aumentar el tiempo de faena.
El pasado 1 de julio la Junta reabrió el caladero (tras siete meses de cierre) con una serie de condiciones recogidas en la Orden dirigidas a favorecer la recuperación y conservación se esta especie. El texto fija en 2.500 toneladas el tope máximo de captura al año, cantidad recomendada por el Instituto Español de Oceanografía (IEO) para asegurar la recuperación sostenible del recurso.
El número de embarcaciones de draga hidráulica que capturan chirla en este caladero asciende a 96. La campaña se extiende de julio a abril, ya que los meses de mayo y junio se aplica la veda establecida en la Orden de 25 de marzo de 2003.