El Hospitalito se ha convertido de nuevo en epicentro de la cultura portuense con una mesa redonda sobre Enrique Ochoa, el pintor de la música, en la que el alcalde Germán Beardo ha subrayado la importancia de su legado a El Puerto de Santa María, cuna del artista, como precursor de la vanguardia.
El primer edil presidió el encuentro dando la bienvenida a los asistentes y presentando la mesa redonda compuesta por el presidente de la Fundación Pintor Enrique Ochoa, José Fernández Estévez; José Manuel Estévez, propietario de la colección expuesta en El Hospitalito, y Enrique Pérez Benítez, profesor de Lengua Clásica. Todos grandes conocedores de su pintura y de su historia.
Beardo destacó que este foro contribuye a poner en valor a uno de los grandes pintores que dio el siglo XX «y seguramente de los más completos de la historia de las artes». «Polifacético y humanista, inquieto y prolífico». El Puerto le rinde homenaje también disfrutando de su obra que continúa exponiéndose en El Hospitalito hasta el 3 de noviembre.
Bajo el título ‘Un momento en la historia de la pintura’ se muestran 33 cuadros del artista, cedidos para la ocasión por José Manuel Estévez Ortega, que permiten poner en valor la relevancia de la obra de Ochoa, acercándola así a la ciudadanía, portuenses y visitantes, en una muestra donde se representan muy bien su obra gráfica y pictórica y su evolución.
El primer edil ha agradecido a la Fundación y a José Manuel Estévez, incansable estudioso y coleccionista de la obra de Ochoa, el trabajo que están realizando para acercar a los portuenses el legado de un artista enorme que «llevó siempre la bandera de la ciudad con orgullo y con honra». El alcalde se ha comprometido a seguir colaborando con la Fundación para continuar dándole visibilidad a la obra de este artista portuense cuyo extenso legado «forma parte de la historia del arte contemporáneo».
Enrique Estévez Ochoa, conocido artísticamente como Enrique Ochoa, fue uno de los grandes pintores que dio el siglo XX. Nació en El Puerto de Santa María en 1891 y falleció en 1978 en Palma de Mallorca. A pesar de marcharse de El Puerto junto a su familia desde muy temprana edad, ha sido reconocido y muy valorado artísticamente en El Puerto gracias a la excelente relación que se guarda con su familia y al trabajo de la Fundación Enrique Ochoa.
Ochoa fue un trabajador incansable en la búsqueda de nuevas formas y en la constante experimentación de disciplinas y técnicas que llegó a dominar con notable maestría, llegó a convertirse en un pintor reconocido, costumbrista, retratista y uno de los más destacados ilustradores del siglo XX, lo que le permitió colaborar en las mejores revistas de su época.