Yolanda Díaz presenta el nuevo Estatuto del Artista para dignificar el trabajo cultural y regular la IA generativa
El Gobierno actualiza una legislación obsoleta con un Real Decreto que mejora los derechos laborales de artistas, regula el uso de inteligencia artificial y establece normas claras para el trabajo de menores en el sector cultural.

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, junto al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha presentado este martes el nuevo Estatuto del Artista, una ambiciosa reforma laboral del sector cultural que actualiza por completo la normativa vigente desde 1985. La propuesta, elaborada en diálogo con profesionales y representantes del sector, reconoce la especificidad del trabajo artístico y garantiza derechos laborales fundamentales para artistas, técnicos y personal auxiliar en las artes escénicas, audiovisuales y musicales.
Esta nueva regulación —que será aprobada como Real Decreto— marca un hito al incluir por primera vez disposiciones específicas sobre el uso de inteligencia artificial generativa, al tiempo que establece un marco legal para la participación de menores en actividades artísticas, excluyendo el trabajo autónomo en estos casos.
“El arte no se improvisa ni se regala: es trabajo, y ese trabajo merece derechos”, ha destacado Yolanda Díaz durante la presentación. Por su parte, Ernest Urtasun ha subrayado que “la cultura no puede seguir ligada a la precariedad”, y ha anunciado que se seguirá trabajando para mejorar las condiciones laborales del sector.
Novedades clave del Estatuto del Artista
Entre las principales novedades del nuevo Estatuto del Artista destacan:
1. Regulación del trabajo de menores
Por primera vez, se establece un régimen único para todo el territorio nacional. Se limita la jornada laboral por edades, se refuerza la prevención de riesgos laborales y se crea un procedimiento de autorización centralizado para espectáculos que se desarrollen en varias comunidades autónomas. El trabajo autónomo queda prohibido para los menores, garantizando la responsabilidad empresarial sobre sus condiciones.
2. Protección frente a la inteligencia artificial generativa
El texto introduce una regulación pionera en el ámbito laboral español sobre el uso de IA generativa. Se establecen tres principios:
- La IA no forma parte natural del contrato artístico.
- Su uso en determinadas fases deberá ser limitado y no podrá suplantar la identidad del artista.
- Solo podrá utilizarse la imagen, voz o creaciones mediante IA si existe un acuerdo expreso y por escrito, con una compensación económica adicional.
Este enfoque refuerza los derechos de imagen y propiedad intelectual de los artistas y protege su trabajo frente a usos no autorizados de nuevas tecnologías.
3. Igualdad y protección en el trabajo
Las empresas deberán informar a las personas trabajadoras sobre sus protocolos de igualdad al firmar los contratos. Además, se incorpora como obligatoria la figura del coordinador/a de intimidad en escenas sexuales o íntimas, garantizando espacios seguros y respetuosos para el desarrollo profesional.
Compromisos a futuro
El Gobierno ha anunciado la creación de tres comisiones de seguimiento y evaluación para asegurar la eficacia del nuevo Estatuto:
- Una comisión de fomento para la transición y recualificación profesional en el sector.
- Un grupo de estudio para adaptar el régimen de representatividad sindical a la intermitencia laboral propia del sector cultural.
- Una comisión para evaluar la regulación de la inteligencia artificial generativa en un plazo máximo de dos años.
El texto ha sido acogido positivamente por representantes del sector, como la Unión de Actores y Actrices, la Federación Estatal de Asociaciones de Empresas de Teatro y Danza y el sindicato de guionistas ALMA, que lo han calificado como una “norma madre” para el futuro del trabajo cultural.
Con este nuevo Estatuto del Artista, el Gobierno da respuesta a una de las grandes demandas históricas del sector, proponiendo un modelo laboral más justo, moderno y adaptado a los retos tecnológicos y sociales del siglo XXI.