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El presunto yihadista de Algeciras pide su absolución y ser internado en un centro psiquiátrico por sufrir esquizofrenia paranoide

La defensa de Yassine Kanjaa admite que asesinó al sacristán de la iglesia de Nuestra Señora de la Palma pero niega motivación terrorista y reclama eximente completa por enfermedad mental.

La Audiencia Nacional ha dejado visto para sentencia el juicio contra Yassine Kanjaa, el hombre acusado de asesinar al sacristán Diego Valencia e herir a varios religiosos en Algeciras (Cádiz) el 25 de enero de 2023. La defensa del acusado ha pedido su absolución penal y que, en su lugar, se ordene su internamiento en un centro psiquiátrico “hasta que no sea un peligro para nadie”, alegando que padece esquizofrenia paranoide y que actuó bajo un delirio mesiánico-religioso.

El abogado defensor sostuvo que Kanjaa “no merece una pena de prisión” y que debe aplicársele una medida terapéutica, ya que “nadie discute que sufre uno de los trastornos mentales más graves”. Solicitó la eximente completa de responsabilidad penal, de forma que permanezca ingresado en un establecimiento médico “hasta que los facultativos determinen que su dolencia está controlada”.

Durante el juicio, varios psiquiatras declararon que el acusado actuó “en pleno brote psicótico”, sin distinguir entre el bien y el mal, y que los hechos no fueron fruto de una radicalización yihadista. Según la defensa, Kanjaa pasó “de ser una persona nada religiosa a alguien extremadamente devoto”, pero sin que existiera una motivación terrorista, ya que su conducta fue consecuencia directa de su enfermedad mental.

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Pese a ello, la Fiscalía mantiene su petición de 50 años de cárcel, con eximente incompleta, al entender que el acusado conservaba parcialmente sus facultades y actuó con “ánimo de matar y motivación religiosa”. Lo acusa de asesinato terrorista consumado, asesinato terrorista en grado de tentativa y lesiones terroristas, argumentando que su objetivo era “eliminar a quienes consideraba enemigos del islam y causar terror entre la población”.

Según el relato del Ministerio Público, los hechos comenzaron sobre las 18.30 horas en la iglesia de San Isidro de Algeciras, donde Kanjaa increpó a un feligrés, golpeó una Biblia y gritó frases como “El mundo se va a acabar” y “Alá”. Después, regresó a su vivienda, apagó su teléfono y tomó un machete de grandes dimensiones que guardaba bajo la cama.

En su recorrido atacó a un hombre en la calle Cristóbal Colón, al que hirió en el rostro y el pecho, y minutos más tarde regresó a la iglesia de San Isidro, donde golpeó al sacerdote que oficiaba misa ante una decena de personas. Posteriormente, se dirigió a la iglesia de Nuestra Señora de la Palma, en la Plaza Alta, donde asesinó al sacristán Diego Valencia a machetazos tras perseguirlo hasta el exterior del templo.

Aunque el acusado rehusó declarar en el juicio, el tribunal accedió a reproducir su testimonio ante la Policía tras su detención, en el que admitió los ataques y afirmó que su intención era “matar” porque “Dios se lo ordenó”.

El caso ha generado un profundo impacto social en Algeciras y el Campo de Gibraltar, donde se mantiene el debate entre la motivación religiosa y la incapacidad penal por enfermedad mental. La sentencia de la Audiencia Nacional, que se conocerá en las próximas semanas, determinará si Kanjaa es considerado responsable penal de los hechos o si se aplica la eximente total solicitada por la defensa.

Etiquetas:
Audiencia Nacional, Algeciras, Yassine Kanjaa, esquizofrenia paranoide, asesinato del sacristán, Diego Valencia, terrorismo, juicio, Fiscalía, Campo de Gibraltar, justicia

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