La presidenta de la Autoridad Portuaria y el alcalde de Cádiz destacan el valor real y simbólico de la actuación, que abre paso a un frente marítimo peatonal con zonas verdes, hostelería, espacios de ocio y conexión directa con la ciudad.

La transformación urbanística del Muelle Ciudad ya es una realidad. La presidenta de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, Teófila Martínez, y el alcalde de la ciudad, Bruno García, han visitado el inicio de las obras de ordenación del frente marítimo, una actuación que marca un hito en la integración entre el puerto y la capital. Ambos responsables han subrayado que el proyecto supone un cambio profundo tanto en el uso del espacio como en la manera en que la ciudadanía se relacionará con su puerto.
Martínez ha señalado que el Muelle Ciudad “no solo experimentará una mejora física, sino una transformación simbólica” al convertirse en un lugar de convivencia, actividad económica y disfrute abierto a los gaditanos y visitantes. Por su parte, Bruno García ha destacado que el proyecto “abre la ciudad al mar”, convirtiendo un entorno portuario en un espacio urbano amable y sostenible, capaz de generar empleo directo e indirecto y nuevas oportunidades para la economía local.
El proyecto completo abarca 22.500 metros cuadrados, desde el Muelle Ciudad hasta su conexión con la terminal de catamaranes en el inicio del Muelle Reina Victoria. La intervención contempla un gran paseo peatonal con vistas a los cruceros, zonas ajardinadas, áreas de descanso, espacios expositivos, áreas infantiles, fuentes transitables, así como una franja reservada para la futura plataforma del tranvía paralela al carril bici existente.
Una zona cercana al borde del muelle —de 25 metros de ancho— quedará destinada al tránsito de pasajeros en cumplimiento del Código Internacional para la Protección de los Buques e Instalaciones Portuarias (PBIP), también conocido como ISPS. No obstante, el cerramiento será acristalado y permitirá ver la actividad portuaria, abriéndose al público en los eventos programados en ausencia de cruceros atracados.
La ejecución se desarrollará en dos fases, ya que la terminal de contenedores continúa operativa en su ubicación actual. La primera fase, iniciada a comienzos de octubre, interviene sobre 14.000 metros cuadrados mediante la creación de espacios abiertos, zonas verdes, áreas de paseo, juego infantil, módulos de restauración, distribución de redes generales de servicios y equipamientos urbanos.
En el acceso al paseo, junto a la nueva plaza cercana a la Plaza de Sevilla, se instalará un módulo de hostelería con terraza exterior que actuará como dinamizador de la actividad. Un segundo módulo se situará junto a la Terminal de Pasajeros de Cruceros y funcionará como espacio de recepción para cruceristas, reforzando la conexión entre el puerto y el casco histórico.
La dimensión paisajística es uno de los pilares del proyecto. Las zonas verdes incluirán especies como laurel de Indias, jacarandas, palmeras, ombú, buganvillas, palmitos o dama de noche. La vegetación actuará como amortiguador sonoro frente al tráfico de la Avenida del Puerto, creará islas verdes en la zona central y acompañará los espacios de descanso y sombra desde los que se podrá observar la actividad portuaria.
Un parque infantil longitudinal ocupará el espacio entre las islas verdes y el cerramiento acristalado, distribuyendo elementos de juego por tramos. La Puerta del Mar se mantendrá como acceso principal y referencia histórica, frente a la cual se dispondrá una zona amplia con fuentes transitables y la posibilidad de acoger exposiciones al aire libre sobre la historia del puerto.
En el extremo próximo al Muelle Alfonso XIII se habilitará un espacio para el estacionamiento de autobuses al servicio de cruceros, con acceso rodado desde la Avenida del Puerto hasta la ejecución de la segunda fase. Cuando no esté en uso, este espacio podrá destinarse a eventos o actividades temporales.
Los materiales elegidos, como el adoquín de granito y el acero corten, evocan la tradición marítima gaditana y el vínculo con Latinoamérica, así como la identidad industrial del muelle. La actuación avanza hacia un modelo de puerto abierto a la ciudad, donde los usos logísticos y ciudadanos convivan de forma ordenada sin renunciar a la actividad económica y turística.
Contenido recomendado



