Pensiones contributivas y no contributivas: diferencias, requisitos y cuantías para solicitarlas en España

Más de 12 millones de pensiones subieron en 2025, con una revalorización del 2,8% para las contributivas y del 9% para las no contributivas.

El sistema público de pensiones en España se estructura en dos modalidades principales: contributivas y no contributivas. Ambas garantizan una prestación económica, aunque responden a realidades y requisitos distintos. En 2025, más de 12 millones de pensiones y prestaciones se han visto beneficiadas por los incrementos aprobados por el Gobierno para preservar el poder adquisitivo de los pensionistas y reforzar la protección de los colectivos más vulnerables.

Las pensiones contributivas —jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y en favor de familiares— aumentaron un 2,8% en 2025. La pensión media del sistema se situó en noviembre en 1.316,7 euros mensuales, mientras que la pensión media de jubilación alcanzó los 1.511,5 euros al mes y la de viudedad 937,2 euros.

Su concesión exige haber contribuido a la Seguridad Social y la cuantía final depende de las bases de cotización acumuladas a lo largo de la vida laboral. La gestión y reconocimiento corresponde al Instituto Nacional de la Seguridad Social.

Por su parte, las pensiones no contributivas —de jubilación e invalidez— se incrementaron un 9% en 2025, hasta 7.905,80 euros al año (568,70 euros en 14 pagas). Están dirigidas a personas sin recursos suficientes que no han cotizado nunca o no han alcanzado el mínimo necesario para acceder a una pensión contributiva. La gestión de estas prestaciones se realiza a través de los órganos competentes de las comunidades autónomas y de las direcciones provinciales del Imserso en Ceuta y Melilla.

En el caso de la pensión no contributiva de jubilación, se requiere tener 65 o más años y haber residido legalmente en España durante diez años —dos consecutivos e inmediatamente anteriores a la solicitud—. Para la modalidad de invalidez, los requisitos son tener entre 18 y 64 años, residir legalmente en España cinco años —dos consecutivos antes de la solicitud— y acreditar un grado de discapacidad igual o superior al 65%.

Ambas modalidades comparten un criterio fundamental: para acceder es necesario carecer de ingresos o no superar el límite de 7.905,80 euros anuales en 2025. En el caso de convivencia con familiares, se valoran los ingresos de toda la unidad económica.

Respecto a la compatibilidad entre prestaciones, la norma general establece que no se pueden percibir simultáneamente dos pensiones del mismo régimen. Se permite, sin embargo, la compatibilidad entre la pensión contributiva de jubilación y la de viudedad, así como el cobro de una pensión contributiva en dos regímenes distintos cuando exista periodo mínimo de cotización superpuesto. En el caso de las pensiones no contributivas, solo se puede percibir una: jubilación o invalidez.