Como Christiane, la protagonista de Good Bye, Lenin!, Teófila Martínez no asume que el cambio llegó hace un año y que su tiempo pasó. El mismo tiempo que llevan los integrantes del Grupo Popular haciendo ver a la lideresa que todo sigue igual en la ciudad que dirigió a gritos desde el sillón de Salvochea y que el gobierno de González no es más que un paréntesis, un receso merecido tras veinte años de mandato para que vuelva con nuevos bríos más pronto que tarde.
Por eso no es concebible que el señor Vila haya tenido la desfachatez de eliminar de la web del carril bici todo lo que ella construyó. Pero no se lleven a engaño. No tengo argumentos suficientes para afirmar si la actitud del Equipo de Gobierno en este asunto es comparable al Ministerio de la Verdad de Orwell, como airean algunos desinformados, pero no cabe duda que el contenido eliminado era pura propaganda electoral.
El entrelazamiento del contenido alojado en Internet dificulta que no quede rastro de lo que en ella se alojó y prueba de ello es que aún existe una página en Facebook donde se puede consultar buena parte de lo que el Partido Popular denuncia. Esta página según parece se crea al tiempo que la del carril bici y tiene su primera entrada el 10 de diciembre de 2014, a seis meses de las elecciones siendo la última el 21 de mayo del año siguiente, tres días antes de acudir a las urnas.
Esto forma parte una vez más del aparato propagandístico del gobierno de Teófila Martínez, de ese Cádiz virtual que el PP montaba cada vez que tenía que ser reelegido. Ya antes de que sobre la Bahía emergiera la primera pila habían hecho lo mismo con el nuevo puente, una página web para que el ciudadado viera lo inexistente. Una lástima que el mamotreto de Santa Bárbara no se hubiera quedado únicamente en la red.
El anterior gobierno municipal supo explotar como nadie la expectativa, creando ilusiones alrededor del votante para vender la idea de que existía un modelo de ciudad cuando en realidad no eran más que hitos inconexos para justificar la permanencia en el gobierno. Ahora el puente, luego el 12, más tarde el carril bici, la plataforma logística y así hasta el infinito si hiciera falta.
No hubiera estado mal que estos mismos que ahora ponen el grito en el cielo por la desaparición de unos pocos bytes se hubieran indignado la mitad que ahora por la desaparición del cuadro de Los Mojosos o la reja del Gobierno Militar.