Lo dicho, la historia se repite pero a veces resulta irreconocible, sobre todo irreconocible por ridícula. Me explico y ejemplifico, esta ultima semana nuestro alcalde, José María González que no el Kichi, ha decidido una remodelación del gobierno del ayuntamiento de nuestra ciudad. Hete ahí que el hecho ha levantado olas y tsunamis de comentarios, chismorreos, interpretaciones de variada malicia y un cúmulo de tonterías como sólo se saben construir en este Cádiz de nuestras entretelas. Para servidor esta crisis municipal es sobre todo una crisis de la izquierda gaditana. Ni más, ni menos.
Nos lo vendan como nos lo vendan, que ya saben ustedes que ese de vender todos son verdaderos mercachifles de baratillo, esta crisis nos es más que la demostración palpable y concreta de que nuestra izquierda gaditana no sirve ni para ponerse de acuerdo en tomar unas cañas juntos. Uno que viene de lejos en el tiempo, que conoció la Europa del Telón de Acero y el Berlín del Muro, la Primavera de Praga, el Budapest del 56, el París de 68, la lucha de los vietnamitas, los poderosos sindicatos ingleses y alemanes, a un SPD como dios manda, a un Mitternad, a un Berlinger, etcétera y etcétera, pues que estos nuestros de Cádiz se me quedan en eso, en mercachifles.
Esta criaturas nuestras, fijémonos en el triunvirato municipal o sea en González el alcalde, González conspirator y Vila el ciclomunícipe, bastará una mirada para darse cuenta que les falta el pulso de un Stalin. Si, he dicho Stalin ese líder que se cargó a todo aquel que descollaba en el Politburó sin despeinarse. Que le pregunten a Zinóviev, a Kamenev, a Bujarin mismo, caso de que se les pudiera preguntar que los procesos, juicios con sus avíos de torturas y presiones y las temporadas en los gulags dejan a la gente muy silenciosa y con pocas ganas de hablar. Esas si que eran maneras de cerrar una crisis en la izquierda, uno toma el mando y los demás a obedecer. Nada de asambleas, comisiones, reflexiones grupales, procomún y cosas de esas, que luego viene una guerra y si no hay orden todavía están los nazís en Moscú. O se pierde una guerra como cierto país que todos sabemos.
Lo que si les reconozco a los triunviros es que tienen grandes habilidades. La primera es que han llegado lejos en sus carreritas políticas, todo lo lejos que se es cuando se ocupa el lugar de una cabeza de ratón a golpe de codazos laterales con impulso hacia un peldaño más arriba. Ahora, cabeza de león, cabeza de mando, con talento, con visión, disciplinada, una cabeza de líder, vamos, esa no se le ve a ninguno de ellos. Con suerte alguno llegará a cola de león.
Una crisis de la izquierda porque ni uno de los tres tiene ni el liderazgo, ni las seseras, ni puñereta idea de cual es el camino a tomar para sacar a esta ciudad desde una opción de progreso y libertad. No sé si me explico. Mientras que sigan en sus cosas, qué ya veremos dentro de tres años.