La asociación, que trabaja también el apoyo psicológico con las familias, continúa con la campaña Tus Derechos, Nuestros Servicios dentro de los actos de su 40 aniversario
Es un compañero invisible. El Servicio de Apoyo Psicológico está presente como una herramienta imprescindible en todas las etapas de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA). La asociación Autismo Cádiz, que apostó por él desde los comienzos, cuenta con un equipo de profesionales especializados que trabajan en aquellos aspectos que ayudan a mejorar la calidad de vida de las personas con TEA y fomentan su inclusión en la sociedad.
Desde el momento en que la persona con TEA entra en el Servicio de Apoyo Psicológico de la asociación se empieza a trabajar en una serie de ejes que favorecen los objetivos anteriores: la interacción social, es decir, la forma de relacionarse con los demás; la flexibilidad, entendiéndose como la capacidad de adaptación al cambio y a las nuevas situaciones; la ampliación del círculo de intereses y por último, la manera de comportarse en sociedad, o lo que es lo mismo, la conducta.
Beatriz Mota, responsable del servicio, incide en que éste sirve para las personas con muchas necesidades de apoyo y también para las que tienen pocas. “De hecho, en el primero de los casos, el apoyo psicológico puede no verse tan primordial, sino que se prioriza la comunicación, actividades de autonomía y de uso de la comunidad. Son más visibles y están en cierto modo más protegidos”, explica. La circunstancia cambia cuando son personas con menos necesidades. “Socialmente se les exige más, que tengan amigos, trabajo, educación y a veces olvidamos que tienen que hacer un esfuerzo muy grande. Esto hace que sigan necesitando nuestro apoyo, para gestionar momentos complicados que les pueden generar ansiedad u otros trastornos comórbidos”.
Mota insiste además en la importancia de que esté presente en todas las etapas de la vida de las personas con TEA. “En la infancia es fundamental para que adquieran las herramientas para establecer vínculos con los demás, acompañados del Servicio de Apoyo a la Comunicación, pero también en un momento tan complicado como la adolescencia nuestra presencia es imprescindible, por ejemplo a la hora de establecer relaciones de amistad o incluso de pareja o de gestionar las emociones” apunta. Y en la edad adulta, donde se enfrentan a multitud de problemas y tienen que lidiar con estados como el de la frustración. Aunque lo cierto es que hasta el momento, el apoyo psicológico está respaldado por la financiación de la Junta de Andalucía a través de conciertos solo desde los cero a los seis años. “Después hay ayudas y becas desde la administración pero se pierde la gratuidad de un servicio tan necesario”, comenta.
En otro orden de cosas, en Autismo Cádiz el apoyo psicológico no se brinda únicamente a las personas con TEA, también se ofrece como un servicio a las familias, que es clave en el momento del diagnóstico, ya que ellas tienen que encajar la nueva situación de su hijo o hija. “Es muy importante trabajar con ellas este proceso de duelo”, comenta la responsable.
Un buen ejemplo de todo este trabajo tanto con la persona con TEA como con la familia es el caso de Lucas Moreno Toro, un adolescente que está a punto de cumplir los 13 años y que empezó a formar parte de Autismo Cádiz cuando apenas contaba con tres. “A nosotros nos cambió la vida”, explica su madre Mari Ángeles Toro. Su psicóloga de referencia en el centro, Tamara Cuadrado, recuerda la evolución de Lucas. “Cuando entró en el servicio le costaba mucho comunicarse, tenía muchas rabietas y su índice de frustración era muy alto”, explica. Su evolución ha sido muy satisfactoria, comenta, y ahora, a punto de entrar en la adolescencia, la profesional se centra en otros aspectos. “Le gusta tener todas las variables controladas, por ejemplo, y eso es algo que trabajamos constantemente con él”, concluye.