Dicen los más agoreros que cualquier cosa que en esta ciudad se repite dos veces se convierte en tradición. Y el Cádiz del siglo XXI puede presumir de haber conseguido dos ascenso a Primera División con la contribución, voluntaria o involuntaria, de equipos rivales con los que la relación era francamente mala. Si en 2005 fue una victoria contra el Xerez CD la que dio el ascenso, en esta ocasión ha sido el triunfo del Real Oviedo ante el Real Zaragoza el que ha permitido que el Cádiz esté el próximo año por decimotercera ocasión en la máxima categoría.
Atrás queda la derrota de ayer contra el Fuenlabrada. Una jornada más, y van unas cuantas desde que se reanudó la liga, los inmediatos perseguidores de los amarillos no han sabido sacar partido del tropiezo en casa del líder. Ahora queda un objetivo más, secundario pero que sería el broche a una magnífica temporada, conseguir el campeonato liguero. Para ello bastaría con un empate en alguno de los dos partidos restantes, el del próximo viernes en Girona o el del lunes siguiente en Carranza frente al Albacete.
Lo que está claro es que es que ni una pandemia ha podido este año con el Cádiz. Ahora toca celebrar, si es posible desde casa, y si no respetando al máximo las medidas de seguridad, lo que todos llevábamos esperando desde aquel inútil 5-0 conseguido en Carranza frente al Málaga el 13 de mayo de 2006. Aquel día nos fuimos dando ejemplo, como se puede ver en el vídeo que culmina este artículo. Volvamos a serlo.