Un laboratorio natural, de 39 hectáreas, donde se realizan actividades investigadoras, educativas, turísticas, divulgativas y de emprendimiento en torno a la extracción de la sal y su ecosistema
El rector de la Universidad de Cádiz, Francisco Piniella, junto a la alcaldesa de Puerto Real, Elena Amaya, y el delegado territorial de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible en Cádiz, Daniel Sánchez, en compañía de la vicerrectora de Política Científica y Tecnológica, Mª Jesús Mosquera, y del director de los Servicios Centrales Salinas La Esperanza, Alejandro Pérez-Hurtado, ha inaugurado este espacio científico, educativo y vivero de empresas en el Parque Natural Bahía de Cádiz, con la presencia también del presidente de su Junta Rectora, Javier Benavente.
Las autoridades han descubierto la placa inaugural del centro, luego han dado un paseo por la Salina, guiados por el profesor Pérez-Hurtado, teniendo la oportunidad de disfrutar de una demostración de extracción de sal virgen artesanal con vara por el maestro salicultor, Demetrio Berenguer, y una posterior degustación de diferentes productos de las empresas incubadas en la salina.
Piniella ha agradecido en primer lugar “a todas las personas que, a lo largo del tiempo, han hecho posible convertir esta salina en un centro de investigación avanzado hasta el punto de su inclusión como un activo más dentro de nuestros servicios centrales de investigación. Se incorpora, de este modo, a un mapa de infraestructuras científicas de primer nivel nacional e internacional”. El rector ha explicado que “al Campus científico-tecnológico de Puerto Real de la UCA, líder internacional en estudios marino-marítimos, se añade ahora otro espacio. Estos Servicios Centrales de Investigación en Salinas. Un signo claro de que la Universidad debe salir de sus campus y de que nuestra acción debe ir más allá de las aulas y laboratorios”. La universidad, ha corroborado: “debe estar en contacto con el entorno y sus necesidades, para conocerlo, para estudiarlo… y para protegerlo”.
Elena Amaya ha felicitado a la UCA, “estoy segura que la aportación que la Universidad va a brindar a la sociedad, gracias a este centro y todo este equipo, va a trascender a la misma salina, a la extracción de la sal y de la cultura artesanal salinera, a la actividad económica generada por el cultivo, y por tanto, a la expansión comercial de tantas especies autóctonas, como aquí tenemos”. La alcaldesa se ha congratulado de dar este paso especialmente en este marco, “un paisaje propio” para las familias de Puerto Real en relación con el oficio en las salinas.
Por su parte, Daniel Sánchez ha comentado que se trata de “uno de los lugares más importantes del mundo desde el punto de vista ornitológico” y que “el abandono de las salinas conlleva la destrucción irreversible de las estructuras y flujos de agua, que son los que aportan vida al Parque. Por ello, la Junta de Andalucía apostó decididamente por la incorporación de la Universidad a este espacio público y que esto – al mismo tiempo –derivara en iniciativas favorecedoras del desarrollo de una actividad económica”.
Además de acoger diversas actividades de divulgación científica y educación ambiental, se ha transformado en un laboratorio natural único donde actualmente se están desarrollando diversos proyectos de investigación. La Universidad de Cádiz cuenta con la concesión de esta salina desde 2012, con el objeto de transformarla en un referente demostrativo en materia de innovación dentro del sector.
La Esperanza ofrece también a través de su catálogo de servicios una serie de visitas a las salinas que gira en torno al ecoturismo y turismo ornitológico, las actividades académicas, voluntariados y participación social, divulgación científica y educación ambiental.
Así, a través de estos servicios centrales – integrados dentro de la estructura del Vicerrectorado de Política Científica y Tecnológica – se ofrece un área experimental, un laboratorio natural de 39 hectáreas, en el que poder desarrollar investigación aplicada para la conservación y mejora de la biodiversidad; experiencias piloto en restauración y recuperación ambiental de salinas artesanales y recuperación de la cultura salinera; desarrollo de líneas innovadoras en productos asociados de alta rentabilidad económica; cultivos de microalgas y de salicornia; mejora de la producción de sal artesanal de calidad y flor de sal; así como el desarrollo de programas de educación ambiental, turismo activo, divulgación científica y formación especializada.
El diversificado potencial de servicios que ofrecen estas salinas está dirigido no solo a usuarios de la amplia comunidad universitaria de la UCA (de forma transversal trascendiendo departamentos e institutos), sino también a otros organismos públicos y privados de investigación, innovación y desarrollo que estén interesados en ello, sin olvidar a todas aquellas empresas del sector, organismos de formación y enseñanza, asociaciones medioambientales y, por supuesto, a la población en general.
La vicerrectora ha detallado que dentro de las prestaciones ofertadas se pueden ya encontrar el servicio de experimentación en biodiversidad, restauración ambiental y procesos en salinas, donde se dispone de zonas experimentales de avifauna, peces, invertebrados, vegetación, algas o parámetros abióticos, además un área de conservación de la biodiversidad y otra destinada al mantenimiento de la funcionalidad hídrica y estructural. Y aprovechó la ocasión para recordar y animar a los representantes autonómicos y municipales a seguir trabajando juntos en diversas acciones que están pendientes para mejorarlo como un proyecto europeo para revitalizar las salinas del Atlántico, fondos para itinerarios, la canalización de aguas para microalgas y para rehabilitar los edificios salineros. Mª Jesús Mosquera ha finalizado afirmando que esto es “un sueño de muchos investigadores que se hace realidad”, un servicio a la sociedad desde la investigación y la transferencia de la Universidad.
Fomentar el emprendimiento
Asimismo, como novedad en este espacio natural se ha puesto en marcha también un pionero vivero de empresas con el objetivo de fomentar el emprendimiento y la revitalización de este entorno natural. Esta incubadora aloja, de momento, a las empresas Mar Natural, Marisma 21, Esteros Natural, Productos la Salá; y a Demetrio Berenguer, empresario, salicultor y acuicultor.
Todos ellos están trabajando en los espacios, con la correspondiente autorización temporal de uso de la UCA, adaptada a la nueva normativa recientemente aprobada en torno a este servicio central. A través de ella, pueden desarrollar diversas labores relacionadas con la biodiversidad o restauración ambiental y procesos en las salinas, especialmente vinculadas a servicios de producción, experimentación e innovación con productos asociados a la sal artesanal y flor de la sal, la acuicultura extensiva, la producción de microalgas y la producción de otros productos como la salicornia u otros cultivos experimentales.
Con la creación de estos espacios reservados a emprendedores o entidades sociales que deseen ampliar sus líneas de actuación en torno a las salinas y su biodiversidad, la Universidad de Cádiz pretende colaborar con la reactivación de un sector que ha gozado de gran tradición en la provincia de Cádiz y para ello también trabajará en la formación y la transferencia del conocimiento adquirida a lo largo de estos años.