«A mí no me da urticaria la palabra abstención ni nada de eso. No descarto la abstención si esa es la fórmula mayoritaria para que no haya unas terceras elecciones». El que así se expresa es un señor llamado Juan Cornejo, Secretario de Organización del PSOE andaluz. Como tampoco le produce urticaria colocar a su hijo como asesor de la Diputación cuando un millón de andaluces están en el paro. Pero el de Juan Cornejo no es un caso aislado.
La historia del PSOE andaluz nos ofrece múltiples ejemplos de nepotismo político. Y todos ellos han vivido por encima de sus posibilidades, personajes mediocres que se han permitido vivir en unas condiciones de desahogo económico y lujos, mientras nos han condenado a seguir siendo la comunidad autónoma de las más pobres de España.
Algunos de ellos están preparando las maletas para acudir mañana a la calle Ferraz y entregarnos a millones de andaluces y españoles que votaron a sus partidos atados y cautivos a la derecha más reaccionaria y antisocial de Europa.
Esta semana en el parlamento andaluz se han enfrentado de manera contundente al PP andaluz, acusándose los unos y los otros, que ejercicio de cinismo. ¿A quién quiere engañar ya a esta altura la señora Susana Díaz?
La señora Susana Díaz apoya que nos sigan gobernando el señor Rajoy y que sigan con sus políticas generadoras de pobreza y desigualdades, está claro que a ella tampoco le provoca urticaria, a los que si nos provoca repugnancia es a los que habiendo leído y estudiado la figura de D. Pablo Iglesia Posse,( el cual debería seguir siendo un ejemplo a seguir para toda la izquierda,) y vemos como ha sido traicionado por una pandilla de aprovechados que siempre han soñado por una gran coalición entre el PP y el PSOE y que por ahora que la ven tan cerca y se hayan tan felices que no reparan en ver que están escribiendo las páginas más tristes de un partido que no se merece por su historia su negro presente y quién sabe si su próxima muerte. Quizás porque nunca le han importado y solo ha sido una herramienta para sus intereses.