Con descaro la comparsa de Iván Romero le ha pedido al jurado el pase a semifinales en el primero de los cuplés. Y ya va siendo hora de que los que puntúan les escuchen. Llevan llamando a las puertas de la siguiente fase demasiado tiempo.
En el primero de los pasodobles se quejan de que con casi treinta años tienen que seguir viviendo con la ayuda de sus padres por la situación del empleo y la vivienda en la ciudad por la proliferación de pisos turísticos.
A la censura que imponen los ofendiditos de turno dedican el segundo de los pasodobles. Una sociedad que pone etiquetas al mínimo comentario y que dificulta el expresar una opinión libre.