La asociación hace un llamamiento a las familias gaditanas para la acogida de menores procedentes de los campamentos de refugiados del Sáhara Occidental
El programa Vacaciones en Paz se reanuda este verano tras dos años de parón provocado por la pandemia de Covid-19. Esta iniciativa permite que niños procedentes de los campamentos de refugiados del Sáhara Occidental disfruten de unos meses en condiciones más dignas y humanas de las que encuentran en su día a día en una zona marcada por el conflicto.
El Ayuntamiento de Cádiz colabora con Cádiz Saharauia en la difusión de esta campaña, y la asociación ha realizado un llamamiento urgente a las familias gaditanas para la acogida de estos menores, pues las solicitudes deben presentarse como fecha límite a principios del próximo mes de mayo. La entidad apela a la solidaridad de los gaditanos ante las duras condiciones a las que se enfrentan estos niños en los campamentos de refugiados ubicados en las proximidades de la ciudad argelina de Tindouf, una de las zonas más inhóspitas del desierto del Sáhara.
La asociación gaditana, integrada en la Federación Provincial ‘Al-Huriya’ de apoyo al pueblo saharaui, ofrece a las familias interesadas su ayuda en la gestión de las solicitudes de acogida a través de los teléfonos 636 239 168 y 956 434 042.
El programa Vacaciones en Paz se reanuda con nuevas características, pues serán niños más pequeños, de entre 7 y 8 años, los que acudan a pasar el verano junto a las familias de acogida. Para muchos de ellos su primera experiencia lejos de los campos de refugiados, en medio de un conflicto enquistado desde hace más de cuatro décadas y que vuelve a estar de actualidad tras el cambio de postura del Gobierno español con respecto a la autonomía del Sáhara Occidental.
Este proyecto solidario lleva realizándose más de cuatro décadas, prácticamente desde el inicio del conflicto armado saharaui-marroquí. El programa busca, en primer lugar, que los niños saharauis salgan durante dos meses de las duras condiciones que viven en los campamentos, con temperaturas que pueden alcanzar hasta los 50 grados.
Una vez en España reciben atención médica, una alimentación variada y saludable y pueden también vivir experiencias lúdicas y educativas inaccesibles en su lugar de origen, además de conocer el lenguaje y establecer vínculos afectivos con sus familias de acogida y otros niños. Y este programa es, finalmente, una manera de potenciar los lazos históricos que unen al pueblo saharaui y al español, concienciando a la sociedad sobre el problema que padece el pueblo saharaui desde hace ya más de cuarenta años.