La comparsa sevillana de José Antonio Alvarado y Antonio Díaz es la encargada de abrir el concurso. El año pasado con ‘No me toques las bolas’ lograron el pase a cuartos de final. Sobre el escenario se presentan los componentes de esta comparsa vestidos con túnicas blancas y algún detalle que denota la raza y religión que cada uno profesa. Así hindúes, musulmanes, indios americanos y muchos más conforman «un Dios sin religión que habita en una sonrisa», según cantan en la presentación.
En el primer pasodoble, de presentación, reconocen su deseo de ser un Dios que se entregue al mundo dando su vida como lo haría una madre. En el segundo hermanan a Cádiz y Sevilla formnndo un batiburrillo en el mezclan el Carnaval de Cádiz, los festivales carnavalescos en Sevilla y las Semanas Santas de ambs capitales.
Los cuplés flojitos para venir de la mano de Alvarado. En el primero provechan la circunstancia de que el sorteo deparase que fuesen los encargados de abrir el COAC para acordarse de Enrique Miranda, mano inocente en dicho sorteo y Rey Melchor en la Cabalgata de la capital gaditana. El segundo a Leticia Sabater, que dicen se ha operado la vista con lo que ganó con la canción de la Salchipapa. Aprovechan para endosarle a Oriol Junqueras como hermano secreto. En el estribillo se acuerdan del cuarteto ‘Tres notas musicales’ , del Peña y el Masa.
Un popurrí moralista, alusivo al tipo, en el que aprovechan para dar algún tirón de orejas a las religiones del mundo, sin especificar ninguna en concreto.