Ante la vuelta a clase tras las vacaciones, el sindicato reclama como medida preventiva adicional la instalación de filtros HEPA o de dispositivos de purificación de aire portátiles, con los que hasta ahora cuentan muy pocos centros y gracias a la colaboración de los ayuntamientos respectivos
CSIF, primera fuerza sindical de la enseñanza pública en la comunidad andaluza, ha subrayado la importancia de que los centros escolares andaluces cuenten con filtros HEPA (High Efficiency Particulate Air) o con dispositivos de purificación de aire portátiles, para minimizar la probabilidad de contagios del coronavirus por aerosoles.
Ante la vuelta a las aulas tras las vacaciones de Navidad y las bajas temperaturas que se registran actualmente, el sector de Educación de CSIF Cádiz ha insistido en la necesidad de contar con medidas preventivas adicionales a la ventilación natural y a la utilización de mascarillas en las aulas.
Tras el inicio de curso escolar y al acercarse en otoño la bajada de los termómetros, el sindicato ya solicitó en su día a la Consejería de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía, así como a las diputaciones y a los ayuntamientos, apoyo para que los centros educativos pudieran contar con este tipo de dispositivos.
Esta demanda ha fructificado sólo en algunos casos, y siempre gracias a la colaboración de las corporaciones locales (Paterna, Barbate y San Martín del Tesorillo) que además han demostrado una alta implicación al respecto y han ofrecido una respuesta muy positiva a la petición de CSIF. No obstante, la inmensa mayoría de los centros educativos andaluces continúa careciendo de dicho material, según ha explicado Marian Avancino, responsable de Educación de CSIF Cádiz.
“Se trata de evitar que en las clases se ponga en peligro la seguridad y la salud, tanto del profesorado como del alumnado, máxime cuando está demostrado científicamente el enorme riesgo que existe de contagio por aerosoles del Sars CoV-2”, ha insistido la portavoz sindical, que entiende que sería útil también en los centros la utilización de medidores de CO2, “que si bien no detectan la presencia del virus, sí sirven para determinar la calidad del aire en un espacio cerrado, y por lo tanto, las necesidades concretas de ventilación en un momento determinado”.
Por otra parte, CSIF insiste en que es esencial que las medidas adoptadas se revisen en función de la evolución de la pandemia y del conocimiento del virus y recuerda que en la provincia hay muchos centros que, debido a la antigüedad de su construcción, no cumplen ninguna normativa en relación con la ventilación.
“La vuelta a las aulas después del paréntesis vacacional, unida a las bajas temperaturas que se están registrando pueden ser una pésima combinación, y lo que menos deseamos ahora es que se produzcan brotes en los centros educativos”, ha concluido Avancino.