Es un viaje magnífico a través de la arquitectura y el retrato que refiere una España muy especial; la de los años 20 y 30 del siglo pasado, con una simbología urbana muy singular, racionalista y de Art déco, quebrada con la tragedia de 1936. Así se ha manifestado el vicepresidente de la Fundación Provincial de Cultura de Diputación, Salvador Puerto, en la presentación de la muestra Un itinerario entre arquitectura, literatura y retrato del pintor Damián Flores. La colección comprende una selección de 25 años de creatividad y permanecerá en la Sala Rivadavia, en Cádiz, hasta el 15 de diciembre.
Damián Flores explica que la exposición es idónea para el público que no esté familiarizado con su obra. En esta selección se incluye, como elemento esencial, su inclinación por la arquitectura racionalista, de belleza funcional, con artífices clave como Le Corbusier pero también con obras emblemáticas como el Mercado de Algeciras diseñado por el ingeniero Eduardo Torroja. La arquitectura de esos años las décadas de los 20 y los 30 del siglo pasado- es de tan nivel que se ha convertido en clásica. El itinerario de Damián Flores está plagado de referencias literarias, con especial predilección por Ramón Gómez de la Serna, un creador en el que confluye un equilibrio fantástico ya que en él se da un moderno vanguardista sin perder su esencia castiza.
La exposición también se nutre de dibujos sobre personalidades literarias y su conexión con el ferrocarril. En este ámbito aparece el portugués Fernando Pessoa en Lisboa, o Rafael Alberti junto a María Teresa León en Moscú, entre otras referencias. El itinerario de Flores está conformado por 62 obras de pequeño y mediano formato distribuidas en las dos estancias expositivas de la Sala Rivadavia.
La relación de este autor con Diputación no es nueva y, de hecho, tiene su origen en 1992: en ese año la institución provincial adquirió la obra La Fábrica, entonces integrada en el certamen Aduana, y que desde entonces se incluye en la colección de arte contemporáneo de Diputación. Tres años más tarde, en 1995, Damián Flores participó en la exposición colectiva Manolo Prieto y el toro de Osborne, que se mostró en el Claustro del Palacio Provincial y que tuvo un largo recorrido por diferentes galerías. Esa muestra contribuyó a que el icono publicitario del toro de Osborne fuera finalmente reconocido como Bien de Interés Cultural.
La Sala Rivadavia, tal como ha valorado Salvador Puerto, confirma su vínculo con creadores destacados de diferentes corrientes estéticas. Calidad y diversidad son dos señas que definen a este espacio artístico de Diputación.
Un itinerario entre arquitectura, literatura y retrato permanecerá en Rivadavia hasta el 15 de diciembre. Se puede contemplar de lunes a viernes salvo festivos- de 10.30 a 13.30 y de 17.30 a 20.30 horas.