El ensanche de la carretera en un tramo de dos kilómetros o una glorieta justo antes de la travesía para permitir maniobrar a los autobuses en condiciones de seguridad, entre las medidas planteadas
El responsable del Área de Cooperación de la Diputación de Cádiz, Javier Bello, ha entregado al alcalde de Castellar de la Frontera, Adrián Vaca, un estudio donde se plantean diferentes soluciones técnicas para mejorar el acceso al Castillo Fortaleza, así como ordenar y ampliar las áreas de estacionamiento de su entorno. El informe –redactado por la firma dvl91– propone intervenciones que se pueden llevar a cabo de manera aislada, o bien complementarse, y que en cualquier caso requieren el consenso de Ayuntamiento, Diputación, Junta de Andalucía y Parque Natural de los Alcornocales.
Las medidas ofrecen una respuesta técnica a una situación compleja: al Castillo se accede por una sola carretera -la CA-9201 de la red provincial- que presenta las condiciones lógicas de una vía montañosa, con un trazado sinuoso, estrecho en algunos de sus tramos, de fuerte pendiente y con algunas curvas de radio reducido. La naturaleza de esta vía impide, de hecho, que los vehículos con más de 11 metros de longitud puedan continuar su recorrido más allá del kilómetro 4,5 tal como se indica en las señales que –en tal sentido- ya ha instalado Diputación. Esta limitación restringe el acceso de la mayoría de autobuses, al objeto de evitar colapsos en las zonas más cercanas al castillo. El crecimiento continuado de visitantes a la fortaleza –declarada Bien de Interés Cultural y con un alojamiento, intramuros, de la red de hoteles y casas rurales de Tugasa- confirma además la insuficiencia de los espacios de estacionamiento de turismos, sobre todo durante los fines de semana.
Considerando estos puntos de partida, el estudio plantea el ensanche de la carretera entre los kilómetros 5 y 7. En este tramo la actual calzada presenta una anchura de cuatro metros; la propuesta contempla su ampliación hasta los seis metros, con el consiguiente desplazamiento de los sistemas de drenaje, así como la modificación de las curvas más cerradas hacia radios que proporcionen una conducción más segura. Junto a esta mejora viaria también se propone la creación de una glorieta en el kilómetro 7, antes de llegar a las edificaciones que convierten la carretera en travesía. Esta glorieta, de 35 metros de diámetro y dos carriles de cinco metros, permitirían la parada de autobuses y la subida y bajada de pasajeros. El espacio proyectado tendría capacidad para alojar dos autobuses a la vez. Esta zona es contigua a la superficie que actualmente se utiliza como primer aparcamiento y desde la que parte un sendero peatonal de acceso al Castillo.
En relación a los aparcamientos el estudio aporta opciones para mejorar o racionalizar los recursos existentes, así como ampliar hacia nuevas áreas en diferentes intensidades. En la actualidad se localizan tres zonas de estacionamiento: la emplazada en el kilómetro 7, los espacios disponibles junto a la travesía y los situados junto a la oficina de turismo en dirección al cementerio. Estos enclaves suman 86 plazas para turismos. El informe contempla, en primera instancia, la instalación de un sistema de telegestión a través de cámaras que registren el acceso de vehículos; con dicho sistema se informaría, mediante paneles situados al inicio de la vía (en las inmediaciones de La Almoraima, en la confluencia con la A-405) del espacio disponible en las áreas de aparcamiento sitas carretera arriba.
Otra posibilidad es habilitar una nueva bolsa de aparcamiento en una superficie cercana al kilómetro 7, próxima al estacionamiento en vigor que se emplaza junto al sendero de acceso al Castillo. Esa nueva área admite 20 plazas para turismos y se acondicionaría mediante pavimento terrizo.
El trabajo también reserva una propuesta para prolongar la carretera más allá del kilómetro 9,7 dejando atrás el Castillo Fortaleza. Desde dicho punto la traza se convierte en un camino de tierra que, actualmente, no es apto para la circulación. Se propone ensanchar la calzada hasta los 5 metros, incorporar sistemas de drenaje y rehabilitar la superficie de rodadura con firme granular rematado por pavimento de doble riego con emulsión y gravilla, evitando materiales bituminosos. Las señalizaciones e instalación de defensas pondrían en servicio este tramo que, en la práctica podría servir de vía de evacuación ante cualquier emergencia suscitada en el trazado abierto al tráfico en la actualidad.