Nos ha quedado la duda de si Juan José Téllez ha presidido un jurado de Carnaval o dirigido una tesis sobre el sistema de puntuación. Dicho esto con toda la sorna carnavalesca que la ocasión merece es de agradecer que el presidente del jurado del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) ponga de manifiesto las debilidades del sistema en lugar de pasar página y seguir con su vida.
Este año los medios digitales Cadiznoticias y Portal de Cádiz hemos puesto a prueba un sistema de valoración sin puntos que resuelve algunas de los problemas que el jurado del COAC ha sufrido en sus carnes. Entre las ventajas que nuestro sistema ofrece es que no existen arrastres entre fase y fase, por lo que los cambios en las posiciones de las agrupaciones solo dependen de la voluntad de los miembros del jurado.
Aunque el sistema de valoración es extremadamente simple es cierto que en la fase de preliminares, al contar con muchos grupos y una duración de tres semanas es difícil ofrecer una relación ordenada que se ajuste a la calidad de las agrupaciones participantes, sobre todo en la zona cercana al corte de cuartos de final. Este problema es de difícil solución independientemente del sistema a emplear, pero es evidente que ofrece menos dificultad con sistemas de valoración simples que con otros más complejos, como el que hasta ahora mismo rige el Concurso.
No existe el sistema perfecto para decidir los premios del COAC, porque salvo pelotazos ocasionales en el juicio de cada miembro de un jurado entran infinidad de criterios subjetivos que tienen más que ver con el gusto particular y con los cánones a los que cada uno da importancia.
Con todo esto, es importante que Juan José Téllez abra el debate y si así se le pide, colabore con los organizadores del COAC para que dentro de lo posible, la labor del jurado no se convierta en una pesadilla. Sobre la creación de un premio entre el público asistente al teatro, habría que tener en cuenta que una de las chirigotas más vitoreadas y que ha sido despedida con la práctica totalidad del teatro en pie ha sido ‘Una chirigota familiar’, antepenúltima en la clasificación y un ejemplo de que una cosa es el Carnaval y otra hacer el indio encima de un escenario.