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Bahía de Cádiz y La Janda

El alcalde de Chiclana inaugura una calle en recuerdo a la matrona Eulalia Ramírez Jiménez en Santa Ana

José María Román preside el acto de nombramiento de esta calle junto al Covirán La Ermita, con motivo de las actividades previstas por el Día Internacional de las Mujeres

Dentro de las actividades previstas con motivo de la conmemoración del 8M, Día Internacional de las Mujeres, hoy se ha celebrado la actividad ‘Calle con nombre de mujer’, a través de la cual se ha nombrado una calle a la matrona Eulalia Ramírez Jiménez en la barriada de Santa Ana, junto al Covirán La Ermita. Un evento que ha estado presidido por el alcalde de Chiclana, José María Román, y en el que también han estado presentes miembros de la Corporación Municipal, así como del Consejo Local de las Mujeres, familiares de Eulalia Ramírez y ciudadanía en general.

Durante el acto, en el que se ha descubierto la placa con el nombre de la calle, el alcalde de Chiclana ha destacado que se trata de un reconocimiento a una mujer, “que se dedicó a una profesión a la que podía acceder una mujer”. “Con las reivindicaciones del 8 de marzo queremos que no haya que hablar más de profesiones de hombres o de mujeres, sino de profesiones en general, rompiendo así esos techos de cristal que la sociedad ha impuesto”, ha incidido.

Eulalia Espejo Ramírez, hija de Eulalia Ramírez, ha mostrado su gratitud por este reconocimiento, asegurando sentirse “muy orgullosa de mi madre y es un honor haber tenido una madre como la que tuve”.

Además, la vicepresidenta del Consejo Local de las Mujeres, Catalina Doncel-Moriano, ha sido la encargada la leer la semblanza de Eulalia Ramírez Jiménez, destacando, sobre todo, “la gran cantidad de niños y niñas a las que ayudó a traer al mundo, lo querida que era y la gran personas que fue”.

Eulalia Ramírez Jiménez (14 de mayo de 1930-12 de agosto de 1997)

Vivió de pequeña en la calle Larga, por entonces llamada Padre Félix. Su madre era Eulalia Jiménez Castaño, también matrona y profesora en partos. A la edad de 16 años se quedó huérfana de padre y decidió ponerse a estudiar. De esta forma, estudio Matrona en Cádiz, en la Escuela de Enfermería.

Hizo las prácticas con su madre, acompañándola a las casas de las mujeres que se ponían de parto. Posteriormente, se fue unos años a trabajar a Bornos como matrona titular, puesto que en Chiclana las plazas disponibles estaban ocupadas. Ahí conoció al que sería su marido, con el que se casó y tuvo tres hijos, dos chicos y una chica.

Posteriormente quedó una vacante en Chiclana y volvió a su tierra. Aquí estuvo de matrona titular el resto de su vida. Además, en 1975 fue a Madrid para presentarse a unas oposiciones, que las aprobó con muy buena nota y desde entonces tuvo su plaza en propiedad.

Hay que recordar que los tiempos eran muy diferentes. No solo trabajaba en las casas de bien de Chiclana, sino que también trabajaba en las afueras del pueblo, zonas no urbanizadas, en las que el suelo era fango cuando llovía y no eran zonas accesibles ni agradables. Estas zonas y muchas otras eran de chabolas, donde vivían personas muy humildes, que no tenían seguro médico ni dinero para pagar el servicio de una matrona, ni un transporte para trasladarla. No obstante, ella jamás dijo que no a nadie y de su propio bolsillo pagaba el taxi. Además, al día siguiente volvía para enseñar a las madres primerizas a bañar al bebé y a revisar que todo iba bien.

Años después se compró su ‘Mobylette’ campera, por lo que ya no necesitó que nadie la llevara. De esta forma, trabajaba 365 días al año, 24 horas al día.

Y ya con la apertura del ambulatorio de Jesús Nazareno, donde ella tenía su consulta de matrona, asistía a las mujeres, las reconocía y, si todo estaba listo, las enviaba al hospital para dar a luz.

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