Operarios municipales procedían a desalojar la efigie de Juan Carlos I de la avenida de la Sanidad Pública
No por esperada ha causado menos revuelo la retirada del busto de Juan Carlos I. Después de dejar de dar nombre a la avenida era cuestión de tiempo que el busto que presidía el comienzo de la hoy Avenida de la Sanidad Pública fuera desalojada del lugar. El alcalde de la ciudad, José María González, se había referido a ella en varias ocasiones dando su visto bueno tácito a eliminar todo reconocimiento a un rey que, pese a haber dejado la escena pública hace ya tiempo, sigo copando portadas escándalo tras escándalo.
Esta mañana, sin avisar, operarios municipales procedían a retirar el busto del pedestal para aprisionarlo en un cajón con destino a dependencias municipales. Una especie de castigo en efigie de la Santa Inquisición después de la damnatio memoriae del cambio de denominación de la avenida. Ahora que el emérito ha pasado a una vida mejor en la península arábiga.
La sorpresiva actuación ha impedido la reacción de la facción más reaccionaria de la ciudadanía, que lo más probable es que hubieran organizado actos de protesta contra el metafórico desprecio a aquel que en otro tiempo reinó y guardó para la vejez. Ahora tendrán que concentrar sus ansias reivindicativas en la salvación de Carranza.