La formación estará acompañada por Coro Infantil y Joven de la Escuela Coral de Jerez, además de la Coral Jardín Menesteo y el Conjunto Vocal Virelay
El Teatro Villamarta despide el año con el Carmina Burana de Carl Orff, que protagonizará el Coro del coliseo jerezano mañana jueves día 22 de diciembre, junto al Coro Infantil y Joven de la Escuela Coral de Jerez, la Coral Jardín Menesteo y el Conjunto Vocal Virelay. Entre todos ellos, suman 220 voces, a las que se unen las de la soprano Máriam Guerra, el contratenor Jorge Enrique García, el barítono Andrés Merino y el Ensemble formado dos pianistas y cinco percusionistas. La dirección musical corresponde a José Miguel Román, mientras que Mario Salas y Alejandro Castro asumen la dirección escénica.
En la presentación del espectáculo ante los medios de comunicación, Francisco Camas, teniente de Alcaldesa de Dinamización Cultural y Patrimonio Histórico, expresó su satisfacción por la creatividad que se observa en la ciudad en el ámbito de la cultura. A su juicio, es “fruto del trabajo bien hecho” por parte del Ayuntamiento de Jerez, a la hora de apoyar la actividad artística. “Nunca he visto tanta gente tan preparada y con ganas de hacer cosas, con generosidad y deseos de compartir”.
Asimismo, puso en valor la actividad del Teatro Villamarta, cuya ópera Diálogos de Carmelitas ha obtenido recientemente el Premio a la Mejor Nueva Producción concedido por la Asociación Opera XXI. A este respecto, indicó que muchos de los jóvenes valores que ahora triunfan “han pasado por aquí”.
“Por fin ha llegado el día. Después de una andadura de 25 años, el Coro del Teatro Villamarta afronta su primera producción propia”, afirmó Clara Cantero, su presidenta. “Estamos ilusionados y nerviosos”, añadió, al tiempo que recordó que, de esta forma, se materializa el proyecto ideado por José Ramón López, anterior presidente de esta formación vocal.
José Miguel Román, director musical, calificó la partitura de Orff como “un titán” y, como tal, “sólo cabe hacerle frente con un trabajo en equipo”. “Es una obra del ideario colectivo que no da tregua”, matizó, además de expresar su alegría porque en este espectáculo participan otras formaciones vocales de la provincia.
Debut en su tierra
No será la primera vez que la soprano jerezana Máriam Guerra interprete esta cantata escénica, puesto que con anterioridad lo ha hecho en otros escenarios. Sin embargo, en esta ocasión, afronta su participación con especial ilusión, puesto que será “mi debut en mi tierra, en el Teatro Villamarta, donde empezó esta gran aventura”. Y es que nunca olvida que sus inicios como cantante tuvieron lugar en el Coro del coliseo jerezano. “Cantar en casa es una gran responsabilidad”, manifestó. No obstante, explicó que, en su caso, “se cumple un sueño de juventud” junto a “mi familia lírica”.
Los directores de escena Mario Salas y Alejandro Castro plantean una propuesta que busca estar en consonancia con la recomendación de “imágenes mágicas” que esgrimía el autor de la partitura a la hora de representar esta cantata. Si a eso se une que los textos “hablan de lo que no se podía hablar”, la intención de los directores de escena es mostrar “un recital con el protocolo un tanto desvirtuado”.
Carl Orff escribió su cantata escénica Carmina Burana entre 1935 y 1936, en una época en la que decidió dejar atrás el cromatismo a lo Strauss y Schoenberg para dar rienda suelta a su obsesión por las melodías sencillas y los ritmos primitivos. Encontró el material idóneo para ello en una colección de poemas goliardos de los siglos XI, XII y XIII, que elevan cantos al amor carnal, a la naturaleza y a los gozos terrenales.
Carmina Burana es una cantata profana que se ha convertido en un referente del repertorio sinfónico-coral. La magnitud, complejidad y monumentalidad de esta partitura requiere un número elevado de intérpretes. Es, sin duda, una cantata sobrecogedora que nos enfrenta con la rueda de la fortuna, siempre girando y haciendo que la suerte cambie en tan solo un instante.