Comenzará a las 10:30 horas desde la Fábrica de Airbus en Puerto Real
En sentencia emitida hoy 29 de abril el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) falla a favor de CGT y permite la marcha por el Puente de la PEPA desde Airbus el próximo 1 de mayo. Es una sentencia histórica que abre el puente nuevo para la movilización.
La marcha que comenzará a las 10:30 horas el próximo 1 de mayo en las puertas de la factoría de Airbus en Puerto Real pasará por Alestis, Dragados y los Astilleros de Cádiz para finalizar en la Subdelegación del Gobierno. Será encabezada por la asamblea de trabajadores/as de Airbus y empresas auxiliares contra el cierre de la mencionada planta que están realizando una acampada indefinida en las puertas de la factoría y que ya va por su octavo día y también por el resto de trabajadores/as del metal y del resto de sectores, sobre todo lo/as más precarios/as.
La lucha contra el cierre de Airbus Puerto Real es la mejor forma de conmemorar la fecha del 1 de mayo símbolo de la lucha por los derechos de los y las trabajadores/as. A día de hoy no está garantizada la continuidad de la planta de Puerto Real, el mantenimiento de las movilizaciones es fundamental para conseguir que el futuro de Airbus Puerto Real sea un hecho. La ausencia de movilizaciones solo pone las cosas más fáciles a los que quieren cerrar la planta.
El poder realizar la marcha por el puente nuevo es una pequeña victoria frente a la estrategia criminalizadora de la Subdelegación del Gobierno hacia las movilizaciones contra el cierre de Airbus, ya que pone de manifiesto la arbitrariedad de la Subdelegación que intenta impedir las legítimas protestas de los y las trabajadores/as. Recordemos que no es la única actuación en ese sentido, por lo que exigimos el cese inmediato del Subdelegado del Gobierno en Cádiz. Previamente la policía nacional (con participación, incluso, de la policía secreta y con “órdenes de arriba”) impidió a un autobús, que llevaba a sindicalistas de Airbus Puerto Real, desplazarse hasta Getafe para explicar la situación de la planta, en un acto sindical, organizado con motivo de la inauguración de nuevas instalaciones de la empresa. Dicho desplazamiento estaba perfectamente amparado legalmente puesto que se trababa de un acto sindical y llevaban un salvoconducto del mismo, emitido por la Federación Estatal de Sindicatos del Metal de CGT. En el mismo sentido exigimos la retirada de los cargos a los cuatros compañeros/as imputados acusados injustamente de desórdenes públicos con el único fin de amedrentar las protestas contra el intento de cierre de la planta.
Esta marcha busca poner de manifiestolo que supone la planta de Airbus Puerto Real para el empleo industrial de la Bahía de Cádiz. No solo por los centenares de puestos de trabajo directos que se perderían (en Airbus y en las empresas auxiliares) y todos los indirectos asociados, sino por lo que supone de modelo productivo para la la Bahía de Cádiz. El cierre de una planta clave, de un sector histórico industrial en la Bahía, como es el aerospacial, es una prueba evidente del papel que tienen reservado a Cádiz: cierre de la industria y especialización en un turismo basado en el empleo basura precario. Modelo de precariedad laboral con una única alternativa: el exilio.
Por ello CGT se suma a esta marcha y anima al resto de organizaciones sindicales y sociales y a la ciudadanía en general a hacer lo mismo. Se trata de una movilización para luchar por un empleo industrial sostenible en la Bahía de Cádiz (social y ambientalmente), lo que implica plantear un nuevo modelo productivo y un modelo laboral digno y no precario. Se trata de luchar contra la precariedad laboral que afecta a todos los sectores: del metal a la hostelería, incluido el propio sector público para el que también se exige estabilidad y que ha convocado una huelga el próximo 28 de mayo bajo el lema “quienes están se quedan”.
En este primero de mayo se exigmos también que se reparta el trabajo y la riqueza y que se garanticen los derechos: al trabajo digno; a una jornada laboral que posibilite conciliar el trabajo con la vida; a un salario y prestaciones sociales suficientes, bien cuando se tiene empleo y también cuando no se tiene, mediante una Renta Básica de las Iguales; a pensiones adecuadas para vivir con dignidad, para luchar contra las reformas laborales, los desahucios o las leyes mordaza.
El empobrecimiento material de millones de trabajadores y trabajadoras, a través de mecanismos como el recorte masivo de las rentas salariales, está generando una de las sociedades más desiguales del mundo. Según datos del Banco de España, el 25% de la población del estado español vivía ya en riesgo de pobreza o exclusión social antes de la pandemia. La situación cuando esta termine puede ser catastrófica. Esto supone que 4,5 millones de hogares no pueden hacer frente a necesidades tan básicas como pagar un alquiler o una hipoteca, mantener calientes sus casas o sencillamente comer todos los días.
Cuatro millones de personas en paro, a las que el estado les niega su derecho más esencial como clase trabajadora: el derecho a “ganarse la vida”. Tampoco les reconoce el estado el derecho a unas prestaciones sociales o a una Renta Básica de las Iguales suficiente para vivir dignamente.
Frente a ello, el año pasado se realizaron casi 25 millones de horas extraordinarias, de las que no se pagaron más de 11 millones. Y resulta especialmente demoledor el dato que en el caso de las mujeres más de la mitad de las horas extraordinarias no fueran retribuidas.
La pandemia, además, ha evidenciado otras vergüenzas del sistema. Se ha puesto el interés económico por encima de la vida de las personas; se han protegido intereses particulares por encima de las necesidades de la inmensa mayoría; algunas administraciones han mirado hacia otro lado cuando se incumplían sistemáticamente distintos preceptos legales; manga ancha con unos y ley del embudo para otras. El sistema sanitario, herido de muerte tras las continuas privatizaciones, se ha colapsado y, a tenor de los hechos -que son tozudos-, la sanidad privada ha demostrado su enorme incapacidad.
Vienen tiempos difíciles, tiempos convulsos, tiempos donde los intereses de las élites tratarán de imponerse nuevamente a la clase trabajadora. Sin embargo, no podemos permitir que la crisis la paguen, una vez más, los y las de siempre. Porque sería intolerable que permitiéramos, como sociedad, un nuevo rescate a las entidades financieras y mientras las condiciones de vida de la clase obrera se siguen degradando a velocidad de vértigo.
Este 1º de Mayo, tiene que seguir siendo el día en que millones y millones de trabajadores y trabajadoras, digamos basta y llenemos nuestras vidas cotidianas, no de sufrimiento ni desesperación, sino de Libertad, imponiendo a gobiernos, empresarios y poderosos, otro Orden Social, otro sistema, donde el reparto del trabajo y de la riqueza, haga que una vida digna para todas las personas sea posible aquí y ahora.