La Capitanía Marítima de Gibraltar ha informado este martes que el buque OS35, hundido desde finales de agosto de 2022 en Gibraltar frente al litoral de La Línea de la Concepción (Cádiz), ha sufrido «daños estructurales» debido a los temporales de las últimas semanas y que esto no ha afectado a las operaciones de retirada de la carga «ni a sus plazos», que avanzan «a buen ritmo».
Los daños, han explicado en un comunicado, son «más visibles» en el lado de estribor y en el casco, aunque no se consideran «importantes», y la grieta original del casco «se ha extendido hacia babor», de manera que las dos partes del barco se mantienen «precariamente unidas por la parte inferior de su estructura», más conocida como «quilla de pantoque».
La proa del barco está asentada «a cuatro metros» del fondo arenoso del mar, mientras que la proa se encuentra «a dos metros del lecho marino», debido a los movimientos de la arena y al fuerte oleaje. No obstante, el OS35 «no se ha movido de su emplazamiento original», lo que para Gibraltar demuestra «la eficacia de la estrategia para estabilizar el buque con un hundimiento controlado».
Esta medida, ha defendido, proporcionó al buque hundido «el máximo
posible de estabilidad para capear las tormentas de invierno esperadas».
En lo que respecta a la carga, los buzos que se han sumergido para realizar inspecciones visuales han confirmado que los cuatro tanques que componen el llamado ‘Tanque uno’ han sufrido daños y hay «un ligero vertido, que está siendo contenido con éxito dentro de la barrera anticontaminación».
El otro conjunto de tanques de combustible, el número dos, permanece «intacto» y está situado en la zona de popa del pecio, que no ha sufrido daños. La inspección submarina ha confirmado «con certeza» que estos tanques están «intactos» y «no corren riesgo de colapsar y provocar un vertido repentino de residuos».
Éstos habían sido vaciados «en etapas anteriores de la operación» y, aunque no se puede descartar «por completo» que se produzcan fugas «en el futuro», el riesgo de que se produzcan «se ha reducido drásticamente», ha explicado la Capitanía Marítima.
De este modo, la retirada de la carga del buque sigue siendo «la primera prioridad» en esta fase de la operación, con más de 11.000 toneladas ya retiradas, lo que supone un tercio del total. Así, ha indicado que diariamente se retiran «entre 600 y 900 toneladas» de carga.
Los daños causados por las tormentas no han afectado a las operaciones de retirada de la carga «ni a sus plazos», que avanzan «a buen ritmo», según esta institución, que asegura que el tiempo de inactividad marcado por las tormentas «se había contemplado en el calendario previsto del proyecto». No obstante, el estado actual del pecio y los daños sufridos por el casco y la estructura «obligan a modificar algunos de los planes de retirada final», aunque «no está claro si eso afectará a los plazos previstos».
Cabe recordad que tras las tormentas se hallaron «pequeñas cantidades de petróleo residual» en la Playa de Levante, la Playa de Catalan Bay y las rocas de Sandy Bay. A ese respecto, la Capitanía ha asegurado que los efectivos contratados por el asegurador P&I y supervisados por la Autoridad Portuaria de Gibraltar y el Ministerio de Medio Ambiente, «se anticiparon a estos problemas y se ocuparon rápidamente de ellos».
La Capitanía Marítima ha afirmado que mantiene «una comunicación constante» con sus homólogos en España y este martes ha comunicado a las autoridades españolas la información más reciente respecto al buque hundido.