Jerez y los vecinos del centro acuerdan medidas para evitar molestias por las zambombas

Jerez y los vecinos del centro acuerdan medidas para evitar molestias por las zambombas mediante el cierre temporal de calles y el refuerzo de vigilancia para prevenir botellonas y suciedad en intramuros.

Jerez y los vecinos del centro acuerdan medidas para evitar molestias por las zambombas tras una reunión entre la Asociación Vecinal del Centro Histórico y el Ayuntamiento para abordar los efectos que estas celebraciones navideñas generan durante los fines de semana en intramuros. El acuerdo persigue minimizar las molestias ocasionadas por la alta afluencia de visitantes y por comportamientos incívicos asociados a consumo de alcohol en la vía pública y usos inadecuados de las calles.

Las zambombas, declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) en 2015 y consideradas una de las tradiciones más representativas de la Navidad jerezana, congregan cada año a miles de personas en el centro histórico. Los residentes venían trasladando su preocupación por la acumulación de basuras, los malos olores y la saturación peatonal, especialmente en zonas estrechas del casco urbano que se convierten en puntos de concentración masiva.

Como medida principal, el Ayuntamiento cerrará al paso peatonal varios tramos de calles próximas a la plaza Salvador Allende, entre ellas Morla, Carne, Monjas Victoria y el callejón Negros, que son los puntos donde se han detectado más problemas en años anteriores. Los cierres estarán activos cada viernes, sábado y domingo desde el 28 de noviembre hasta el 25 de diciembre, coincidiendo con el periodo oficial de celebraciones.

Según la Asociación Vecinal del Centro Histórico, la decisión pretende evitar que determinadas calles vuelvan a convertirse en zonas de botellona improvisada o en áreas utilizadas como urinarios públicos, generando malos olores y afectando a la convivencia con quienes residen en el barrio. La presidenta de la asociación, Tamara Jiménez, ha pedido a los vecinos “paciencia y colaboración” ante los cortes temporales y ha agradecido “la predisposición del Ayuntamiento para trabajar conjuntamente en estas semanas navideñas”.

Sin embargo, la representante vecinal ha considerado que las medidas “llegan tarde”, al afirmar que los problemas derivados de la saturación de público y del consumo de alcohol en la vía pública se han repetido durante años sin una respuesta eficaz. Jiménez sostiene que la concentración de visitantes ha dificultado la movilidad peatonal en el centro durante ediciones anteriores, con el consiguiente perjuicio para residentes y comercios.

Además del cierre de calles, los vecinos han solicitado un refuerzo policial en zonas consideradas conflictivas. La asociación recuerda que la presencia policial visible actúa como medida preventiva y disuasoria frente a conductas incívicas que vulneran las ordenanzas municipales. Tampoco se descarta la imposición de sanciones cuando se detecten incumplimientos relacionados con botellones, vertidos o suciedad.

La asociación vecinal plantea también la puesta en marcha de una campaña cívica dirigida a visitantes, residentes y hosteleros para recordar la prohibición de orinar en la calle, consumir alcohol fuera de las zonas autorizadas o abandonar basuras en la vía pública. Según apunta Jiménez, la colaboración del sector hostelero facilitaría el trabajo de las plantillas de limpieza municipal y permitiría una respuesta más rápida en los días de mayor afluencia.

Jerez afrontará desde este fin de semana su segundo periodo oficial de zambombas, que comenzó el 21 de noviembre coincidiendo con el encendido del alumbrado navideño. Están autorizadas más de 140 celebraciones, repartidas en cinco fines de semana y con previsión de máxima afluencia en el puente de diciembre. La ciudad vivirá así varias jornadas con decenas de zambombas simultáneas en plazas, locales y espacios del centro histórico.

El Ayuntamiento y la asociación han acordado mantener una comunicación permanente durante todo el periodo navideño para evaluar los resultados de las medidas aplicadas y, en caso necesario, introducir ajustes progresivos para garantizar la convivencia entre ocio y descanso vecinal. Ambas partes han mostrado su voluntad de colaboración para compatibilizar el atractivo turístico y cultural de las zambombas con el bienestar de quienes residen en intramuros.