La Audiencia Nacional juzga al presunto yihadista que asesinó al sacristán de Algeciras
Yassine Kanjaa se enfrenta a 50 años de prisión por asesinato y lesiones terroristas tras un ataque en varias iglesias de la ciudad gaditana
La Audiencia Nacional ha iniciado este lunes el juicio contra Yassine Kanjaa, presunto yihadista acusado de asesinar al sacristán Diego Valencia en Algeciras en enero de 2023 y de causar heridas a otras personas en un ataque con machete en varias iglesias de la ciudad. La Fiscalía solicita una pena de 50 años de cárcel, repartidos entre asesinato terrorista, asesinato en grado de tentativa y lesiones terroristas.
Según el Ministerio Público, el 25 de enero de 2023 Kanjaa irrumpió en la Iglesia de San Isidro sobre las 18:30 horas, increpando a los presentes y causando daños a objetos religiosos. Posteriormente regresó a su domicilio, cogió un machete de grandes dimensiones y salió a la calle para agredir a varias personas, entre ellas el sacerdote y el sacristán de la Iglesia de Nuestra Señora de la Palma, provocando la muerte de Diego Valencia en plena Plaza Alta.
El fiscal detalla que Kanjaa había experimentado un proceso de radicalización en los meses previos al ataque, adoptando interpretaciones extremistas del islam que justificaban la violencia contra quienes no compartieran sus creencias. Los ataques a los templos católicos se produjeron con la intención de aterrorizar a la comunidad cristiana, subraya la Fiscalía.
El acusado presenta además un trastorno psicótico de probable filiación esquizofrénica, que según la Fiscalía generó delirios y descompensación aguda durante los hechos. No obstante, se considera que sus capacidades volitivas e intelectivas no estaban completamente anuladas, por lo que la eximente de alteración psíquica se aplica de manera incompleta. La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha señalado que será en el juicio oral cuando se determine su imputabilidad.
El recorrido del ataque incluyó varias iglesias y calles del centro de Algeciras, donde Kanjaa golpeó con el machete a varias personas antes de ser detenido por la Policía Local, alertada por testigos. La Fiscalía recalca que la violencia del acusado fue deliberada y dirigida específicamente a sacramentos y personas vinculadas a la Iglesia, buscando causar miedo entre los cristianos.
El proceso judicial en la Audiencia Nacional permitirá evaluar no solo la responsabilidad penal de Kanjaa, sino también los elementos de radicalización y enfermedad mental que podrían influir en la determinación de la pena final. La gravedad del ataque, la intencionalidad terrorista y el contexto de radicalización son factores clave en la acusación, que reclama un total de 50 años de cárcel para el acusado.
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