La depuradora de Ubrique vierte aguas contaminadas al embalse de Los Hurones, que abastece a más de 800.000 personas
La EDAR de Ubrique incumple reiteradamente los límites legales de vertido de nitrógeno y fósforo en una zona sensible, provocando la contaminación del río Ubrique y afectando al embalse de Los Hurones, principal fuente de agua potable para gran parte de la provincia de Cádiz.

La estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Ubrique está vertiendo aguas contaminadas al río Ubrique y, en consecuencia, al embalse de Los Hurones, una infraestructura clave que abastece de agua potable a más de 800.000 personas en la provincia de Cádiz. Así lo confirman datos oficiales de la Junta de Andalucía y del propio Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Ubrique, que reconocen deficiencias graves en el sistema de tratamiento de aguas residuales de esta localidad de la Sierra de Cádiz.
La EDAR de Ubrique incumple de forma reiterada los límites legales establecidos para zonas sensibles, como el embalse de Los Hurones, en parámetros críticos como el nitrógeno total, el fósforo y los sólidos en suspensión. Estos vertidos, que se han producido a lo largo de 2023, afectan directamente al equilibrio ecológico del entorno natural del Parque Natural Sierra de Grazalema y suponen un riesgo para la calidad del agua destinada al consumo humano.
Según el Real Decreto 509/1996, que transpone la Directiva europea 91/271/CEE sobre tratamiento de aguas residuales urbanas, las aglomeraciones urbanas con más de 10.000 habitantes equivalentes —como es el caso de Ubrique— están obligadas a aplicar tratamientos avanzados (terciarios) antes de verter sus aguas a masas consideradas zonas sensibles a la eutrofización, como lo es el embalse de Los Hurones.
Los datos aportados por la Junta de Andalucía confirman que el efluente de la EDAR de Ubrique ha superado el límite de 15 mg/L de nitrógeno total y ha registrado niveles de fósforo por encima del máximo permitido de 2 mg/L durante 2023. A esto se suman muestras que incumplen en concentración y porcentaje de reducción de sólidos en suspensión, parámetros que también están regulados legalmente.
Pese a la gravedad de la situación, la Junta de Andalucía aún no ha hecho públicos los datos de análisis correspondientes a 2024, lo que ha sido criticado como una muestra de falta de transparencia en la gestión ambiental.
Además, el propio PGOU de Ubrique reconoce que “la EDAR precisa de mejoras para garantizar un funcionamiento correcto de las instalaciones” y plantea “la necesidad de renovación de la mayor parte de los equipos” para implantar un sistema de tratamiento que permita cumplir con los límites de vertido exigidos en zonas sensibles.
Las consecuencias de este mal funcionamiento ya son visibles. El río Ubrique presenta aguas negras, eutrofizadas y con mal olor, lo que está afectando a la biodiversidad del entorno y plantea un riesgo sanitario evidente. Este río protegido, que atraviesa el Parque Natural Sierra de Grazalema, desemboca directamente en el embalse de Los Hurones, pieza fundamental del sistema de abastecimiento urbano de agua en la provincia.
A pesar de que tanto el Ayuntamiento de Ubrique como la Junta de Andalucía tienen conocimiento de estos vertidos ilegales, hasta ahora no se han acometido las obras necesarias para modernizar la estación depuradora. Actualmente, la ampliación y renovación de la EDAR se encuentra en fase de proyecto.
Ante esta situación, se reclama al Ayuntamiento de Ubrique que agilice los trámites administrativos y técnicos para poner en marcha cuanto antes las obras de adecuación de la planta, incorporando un sistema de tratamiento terciario eficaz que garantice la correcta depuración de las aguas residuales.
La protección del medio ambiente del Parque Natural Sierra de Grazalema, la calidad del agua del embalse de Los Hurones y, en última instancia, la salud de los ciudadanos dependen de una solución urgente a este problema de contaminación.