Fue en 1962 cuando la comunidad de Sotogrande empezó a tener vida propia, a asentar sus viviendas y magníficas instalaciones deportivas en uno de los mejores enclaves del paisaje mediterráneo andaluz.
En la zona central de La Reserva se sitúa el campo de golf, con 18 hoyos y 7.400 yardas, obra de Cabell B. Robinson, uno de los más prestigiosos diseñadores de campos de golf del mundo, que también concibió, entre otros, los del resort Finca Cortesín y del Royal Palm, en Marrakech. Con Robert Trent Jones (diseñador de la obra maestra Real Club de Sotogrande) como mentor, el de Robinson es quinto campo que se incorpora a Sotogrande y ocupa una posición privilegiada por sus vistas al Mediterráneo, la sierra andaluza y al estrecho de Gibraltar.
El Club de La Reserva original, construido en 2003 con la idea de proporcionar un punto de encuentro para el golf, fue diseñado con motivos arquitectónicos esenciales que combinan lo andaluz con la histórica influencia morisca: ventanas coronadas con arco de herradura, patios interiores y techos abovedados con vigas de madera.
En los últimos meses La Reserva Club y su restaurante L’Olive han experimentado una notable revitalización, sentando las bases para el impulso en una zona donde están previstos otros servicios, como una impresionante laguna interior apta para el baño, excepcionales instalaciones de spa y wellness, un club de tenis y club para niños…. Estos serán algunos de los pilares fundamentales para establecer una comunidad sólida e integrada por completo en La Reserva.
Gracias a la aguda visión del estudio arquitectónico parisino, Des Sources, la reforma de la Casa Club está a la altura de lo que La Reserva es, el complemento moderno y perfecto para unas instalaciones de golf de campeonato.
El restaurante L’Olive, un punto de encuentro en La Reserva Club de Sotogrande
La Casa Club y restaurante L’Olive reabrió sus puertas, dando también una cálida bienvenida para clientes que no son socios, en enero de 2016. Se ha incorporado iluminación y claridad tanto al interior como al exterior, y se han reconfigurado los espacios para favorecer un tránsito más lógico entre las estancias y para aprovechar una ubicación que permite envidiables vistas al putting green.
Como explica Manon Sbaïz, fundadora de Des Source «hemos mantenido un espacio moderno al mismo tiempo que se aprovechaban los aspectos tradicionales de la arquitectura. Hemos querido que se perciba como una gran casa familiar donde se puede vivir y disfrutar de un espacio, tras el que intuimos una historia personal, en lugar de sentir que se pasea por un museo.»
La Reserva se logró modernizar y acomodar a través de enfoques aparentemente simples, pero estratégicamente muy meditados. En su origen, el exterior estaba pintado en tonos terracota, los nuevos tonos blancos y grisáceos son frescos y alegres, reminiscencias de la arquitectura tradicional: la finca del sur andaluz, vigente y luminosa a la vez. Cuando el sol brilla en el edificio, su blancura es impresionante.
En el interior, se han blanqueado también los altísimos techos de vigas, para que resulte acogedor. Los suelos de arcilla se han sustituido por un pavimento amplio que aporta un toque moderno.
La iluminación y las lámparas se han situado al nivel de las mesas para personalizar el amplio espacio del habitáculo. Las pantallas con forma de cúpula combinan con las luces colgantes de vidrio soplado a mano de la firma británica Rothschild & Bickers. Tras la impresionante barra de 12 metros, una pared de fondo para la que el equipo de Des Sources eligió un papel pintado de la firma italiana Wall & Deco, que compagina planchas de grabado envejecido con colores contemporáneos.
«L’Olive es un lugar fabuloso y sofisticado para cenar», comenta Ms Sbaïz. «Queríamos crear un concepto de destino, algo muy diferente, de manera cuando uno avanza por los patios de La Reserva se siente fascinado y seducido por la relación que se establece entre el entorno y el edificio en sí».
Una acogida como esta se consigue a través de sutiles y estudiadas plantas, utilizando una gama de lavandas pálidas, rosas, la combinación de suaves blancos y verdes; con un conjunto de olivares que se configuran en una preciosa y sombreada zona de descanso con vistas a los campos de prácticas de golf. Los patios interiores también se han reconvertido con un diseño geométrico rítmico, con exuberantes plantas y el agua como protagonista. Sentarse cómodamente bajo la sombra de los pasillos proporciona un estupendo descanso y reflexión.
La excelencia gastronómica en L’Olive se garantiza bajo la atenta dirección de Marcos Giuberti: «Me encanta el golf y la escena internacional, es un privilegio poder ofrecer a los golfitas y a nuestros clientes excelencia culinaria en un ambiente relajado.»
La antelación con que la jefa de cocina, Cristina Gutierrez Bergue, planifica la oferta de la mejor cocina andaluza y europea se refleja en un menú muy variado y en permanente renovación.
La diversidad en el menú juega con especialidades culinarias de cada temporada incluyendo atún y langosta, delicatessen como el AOVE, el caviar y foie-gras con pistacho crujiente, hierbas y verduras frescas y noches especiales de parrilla al aire libre para aprovechar al máximo las agradables noches de verano. Su innovador JOSPER también ofrece una técnica especial para asar y hornear con perfecto toque final.
La bodega centrada en vinos españoles y franceses cuenta con una impresionante variedad de licores y cervezas de barril como Guinness, Affligem o la tradicional española Cruzcampo. En breve se podrá degustar un menú especial que ofrece algunos de los platos favoritos de Manolo Piñero, el nuevo fichaje y embajador de La Reserva Club de Sotogrande. Y ya se ofrecen noches que consiguen el equilibrio perfecto entre el maridaje gastronómico y la fusión cultural del jazz, el piano o guitarra española.
L’Olive está abierto desde las 8:00 para desayunos, almuerzos y cenas, dispone de wi-fi en toda la zona y cuenta con un comedor privado con capacidad para 12 invitados.