El patio del edificio Multiusos del Campus ha acogido el solemne acto con aforo y formato limitado por la pandemia. Un total de 86 estudiantes alcanzaron este grado académico en el curso 2019/20
El rector de la Universidad de Cádiz, Francisco Piniella, ha presidido, en el patio cubierto del edificio Multiusos del Campus de Jerez, el solemne acto de Investidura de nuevos Doctores, en el marco del programa conmemorativo del primer siglo de estudios superiores y universitarios en Jerez. Este año, el formato y el aforo se han limitado, adaptándose a las medidas preventivas frente a la pandemia Covid-19. Le han acompañado una representación del Claustro, autoridades, comunidad universitaria y familiares.
32 investigadores en formación de la UCA se han investido doctoras y doctores en esta ceremonia. En el curso 2019/2020, un total de 86 estudiantes aprobaron este grado académico en la Universidad de Cádiz.
El director de las Escuelas de Doctorado de la Universidad de Cádiz, José María González Molinillo, les ha felicitado por alcanzar la distinción más elevada para un alumno universitario: el doctorado. “Un título que os reconoce una formación enfocada a la innovación y a la investigación para liderar proyectos que garanticen el bienestar y el desarrollo de la sociedad”, por lo que les ha animado a seguir trabajando en este camino, donde “el estudio y el placer de aprender deben ser vuestra seña de identidad”.
En nombre de los nuevos doctores ha intervenido Olivia Florencias Oliveros (Ingeniería energética y sostenible). En su alocución ha tenido presente a sus familias, profesorado, tutores y a la Universidad de Cádiz como institución.
El rector de la UCA les ha dado la enhorabuena y la bienvenida al Claustro. Ante las circunstancias especiales de esta edición, Francisco Piniella ha comenzado con un mensaje alentador y optimista: “nos hemos reinventado, adaptando el protocolo inveterado y el ritual universitario a las restricciones de la pandemia. Hemos cambiado la última semana de enero por la tercera de junio, el interior de un salón de Actos por este patio del Campus de Jerez, el llamamiento e investidura individual por una auto-investidura colectiva… Ahora bien, tres cosas han permanecido inalterables o, incluso, reforzadas y multiplicadas: la ilusión, el mérito y la gratitud”. De este modo, les ha felicitado porque pese a los obstáculos y desavenencias de esta época, gracias a su sacrificio y tesón – “tras superar todos los requisitos académicos y científicos” – han llegado a la graduación como doctores y doctoras. De la misma forma, ha continuado, que “nuestra sociedad empieza a salir de la sombra de una pandemia, que nadie supo ver a tiempo, pero que todos avizoramos cuál era la única puerta de salida, la única solución posible: la ciencia”.
En este sentido, el rector ha defendido la relevancia de la investigación y su transferencia a la sociedad, que en los malos tiempos: “toda la humanidad ha volcado su mirada y su esperanza hacia la ciencia, que ha dado la cara y nos ha recordado de nuevo que la inversión pública en I+D es esencial para no retroceder, para no ser vulnerables, para no quedarnos atrás”.
Este acto solemne “siempre tan merecido”, ha puntualizado, en la actualidad era más necesario que nunca organizarlo para visibilizar “el resultado de vuestro trabajo en un contexto tan zarandeado por las circunstancias y por poner en valor el papel de la ciencia en nuestras vidas”.
En contraposición, el rector de la UCA ha recordado cómo las condiciones económicas y políticas para apoyar esta generación de conocimiento no responden a esta demanda: “seguimos estando a la cola en inversión en I+D en Europa. En 2021, y según los datos de Eurostat, la media de la UE en inversión en I+D es del 2,2% del Producto Interior Bruto. A la cabeza, se encuentran países como Suecia o Alemania con un 3,4 y 3,2, respectivamente. Mientras España ocupa el puesto 18 con un 1,25”.
Piniella ha finalizado con un llamamiento firme al reconocimiento del trabajo colectivo en investigación: “existimos por actos como éste. Va en nuestro ADN y en nuestra misión institucional”; por lo que las universidades “debemos seguir fortaleciendo el capital humano de nuestra comunidad científica, reteniéndolo y dotándolo de unas infraestructuras y de una estabilidad que son inviables sin una solvente financiación pública”.