La comunidad de investigadores de Psicología Aeroespacial de Europa, junto a expertos de otros países como China, Australia y Estados Unidos, han puesto en marcha este estudio para el que buscan voluntarios
Investigadores del laboratorio de Neuropsicología y Psicología Experimental de la Universidad de Cádiz, coordinados por el profesor Gabriel González de la Torre, participan en un estudio de carácter internacional que tiene como objetivo conocer cómo la actual situación de confinamiento de la ciudadanía, como medida de prevención contra la expansión del COVID-19, afecta el comportamiento, las emociones, el sueño y el bienestar psicológico y social de las personas.
Esta iniciativa, que se engloba en el proyecto SPY-Covid-19, ha surgido en el ámbito europeo a manos de profesionales de la psicología que han participado en estudios previos en relación con investigación espacial, estación espacial o simulaciones en ambientes análogos, entre los que se encuentra el grupo de la UCA. Asimismo, este estudio, promovido por la comunidad de Psicología Aeroespacial de Europa junto a expertos de otros países como China, Australia y Estados Unidos, cuenta con la aprobación del comité ético del Hospital Universitario Puerta del Mar, y en él participan además de la Universidad de Cádiz, el Centro de Tecnología Biomédica de Madrid, las universidades de Roma y Milán, el Charité de Berlín, la Real Academia Militar de Bélgica o la Universidad de Texas, entre otras instituciones.
Para llevar a cabo este análisis, centrado en los aspectos psicológicos que experimentan las personas en situaciones de encierro de este tipo, los investigadores están buscando población voluntaria que esté dispuesta a realizar un cuestionario basado en los que habitualmente se utilizan para los astronautas. Además de contestar a este primer cuestionario, desde el proyecto se pretende realizar un seguimiento semanal, durante el encierro, y trimestral, una vez terminen las medidas de confinamiento, con una duración final de un año.
Entre los aspectos que se pretenden analizar se encuentran aquellos vinculados a las relaciones que se establecen bajo estas circunstancias con las personas con las que se convive, así como el desgaste psicológico que se pueda o no generar en una persona tras semanas de confinamiento, donde se han limitado de forma importante los contactos sociales y las actividades diarias.
De hecho, no se debe olvidar que a medida que vaya pasando el tiempo “puede que aparezcan síntomas de depresión o de ansiedad, sin olvidar que puede que haya personas a las que les cueste más trabajo cumplir las normas”. Asimismo, en los encierros de este tipo, “una de las consecuencias más comunes pero menos conocidas es el cansancio, aunque también pueden darse casos de personas que experimentan un periodo de crecimiento personal”, como explica el profesor de la UCA. Una serie de datos que pretenden ser recopilados con este estudio de investigación internacional.
El equipo del laboratorio de Neuropsicología y Psicología experimental de la Universidad de Cádiz lleva más de una década interesado en estudiar la influencia de los ambientes extremos en la Neuropsicología, el sueño, el rendimiento y el bienestar de las personas. Un trabajo de investigación que les ha llevado a estudiar y supervisar a personas aisladas y confinadas en entornos de simulación de vuelos espaciales tripulados y otros ambientes extremos.