La UE y Reino Unido cierran el Tratado sobre Gibraltar seis meses después del acuerdo político
La UE y Reino Unido cierran el Tratado sobre Gibraltar seis meses después del acuerdo político alcanzado en junio, dando un paso clave hacia su futura ratificación y entrada en vigor.

La Unión Europea y el Reino Unido han cerrado los textos legales del Tratado sobre Gibraltar, seis meses después de anunciar el acuerdo político que puso fin a casi cuatro años de negociaciones tras el Brexit. Este avance supone un paso decisivo hacia la ratificación del futuro tratado que regulará la relación del Peñón con el bloque comunitario, aunque el acuerdo aún no ha entrado en vigor y deberá superar varios trámites formales.
Según ha confirmado un portavoz comunitario, el texto legal quedó completado el pasado 12 de diciembre y se encuentra actualmente en fase de revisión jurídica por parte de la Unión Europea y del Reino Unido. Este proceso es previo a la firma y a la conclusión formal del tratado por ambas partes, dentro de sus respectivos procedimientos internos.
El objetivo principal del Tratado sobre Gibraltar es garantizar la prosperidad de toda la región del Campo de Gibraltar y del Peñón, mediante la eliminación de las barreras físicas a la libre circulación de personas y mercancías entre España y Gibraltar. Todo ello se plantea preservando al mismo tiempo los principios fundamentales del espacio Schengen, el Mercado Único y la Unión Aduanera de la Unión Europea.
Desde Bruselas se subraya que el acuerdo aportará confianza y seguridad jurídica a la vida cotidiana de los habitantes de la zona, favoreciendo una prosperidad compartida en un territorio especialmente sensible a los efectos del Brexit. La normalización de los flujos transfronterizos es uno de los aspectos clave del tratado, dada la intensa movilidad diaria de trabajadores y mercancías entre ambos lados de la Verja.
El cierre de los textos legales culmina un largo proceso negociador iniciado tras la salida efectiva del Reino Unido de la Unión Europea. El acuerdo político fue anunciado el pasado 11 de junio en Bruselas, tras una reunión en la que participaron el comisario europeo encargado de las relaciones con Reino Unido, Maros Sefcovic; el ministro británico de Exteriores, David Lammy; el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares; y el ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo.
Aquel acuerdo político sentó las bases del nuevo marco de relaciones, pero dejaba pendiente la redacción definitiva del texto jurídico, ahora completada. El tratado pretende ofrecer un marco estable y duradero que evite fricciones en una de las fronteras más sensibles del sur de Europa, especialmente tras los cambios derivados del Brexit.
Una vez finalice la revisión legal en Bruselas y Londres, un proceso para el que no se ha fijado un plazo concreto, el Tratado sobre Gibraltar deberá ser traducido a todas las lenguas oficiales de la Unión Europea. Posteriormente, el texto será sometido al Consejo de la UE, donde los gobiernos de los Estados miembros deberán aprobarlo, y al Parlamento Europeo, que tendrá que otorgar su consentimiento.
Solo tras completar estos pasos podrá procederse a la firma definitiva y a la entrada en vigor del tratado, que marcará un nuevo escenario en la relación entre Gibraltar, España y la Unión Europea. Hasta entonces, el acuerdo permanecerá en una fase técnica y política, a la espera de los respaldos institucionales necesarios.
El cierre del tratado se produce en un contexto de especial atención en el Campo de Gibraltar, donde instituciones y agentes sociales reclaman conocer el impacto real del acuerdo sobre cuestiones clave como el empleo, la actividad portuaria, el control aduanero y la seguridad jurídica. La región concentra miles de trabajadores transfronterizos cuya actividad diaria depende directamente de la fluidez en la frontera.
Desde la Unión Europea se insiste en que el tratado busca equilibrar los intereses económicos y sociales de la zona con el respeto a los marcos normativos comunitarios. La eliminación de barreras físicas se plantea como una vía para facilitar la movilidad y el comercio, sin menoscabar los controles exigidos por el espacio Schengen y la legislación aduanera europea.
Con este avance, la UE y el Reino Unido dan un paso significativo para cerrar uno de los capítulos más complejos derivados del Brexit. El Tratado sobre Gibraltar se perfila como un instrumento clave para dotar de estabilidad a una región estratégica, pendiente ahora de los últimos trámites legales y políticos que permitirán su aplicación efectiva.
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