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Jue. Abr 25th, 2024

La Zancada reclama al Ayuntamiento de Cádiz medidas más ambiciosas y eficaces de calmado de tráfico

El pasado martes entró en vigor la nueva regulación estatal de tráfico que reduce los límites de velocidad en vías urbanas. Los nuevos límites se establecen en 20 km/h en vías de plataforma única de calzada y acera, 30 km/h en vías de un único carril por sentido de circulación y solo mantiene el límite de 50 km/h en las vías de dos o más carriles por sentido de circulación. Esta nueva normativa es una respuesta al grave aumento de accidentalidad en vías urbanas que se está produciendo en los últimos años, que supone más de 500 fallecidos cada año, de los cuales la mitad aproximadamente son peatones, según datos de la DGT.

Hace unas semanas, el Ayuntamiento de Cádiz aprobó las medidas para adaptar la circulación en la ciudad a la nueva normativa. Sin embargo, estas medidas se van a limitar a la instalación de señalización vertical y horizontal, algo que la experiencia demuestra que es claramente insuficiente para lograr apaciguar el tráfico en la ciudad. Los escasos controles de velocidad con radar móvil que se realizan en Cádiz constatan que los automóviles circulando a velocidades por encima de 70 km/h son extremadamente frecuentes en las principales avenidas, e incluso se han detectado vehículos circulando a más de 100 km/h. Y esto, obviamente, no se debe a una falta de señalización o de conocimiento de la norma por los conductores.

Para que sean eficaces, las medidas de calmado de tráfico deben abordar el rediseño del espacio viario para que los límites de velocidad no sean físicamente superables. El respeto a los límites de velocidad debe depender lo menos posible de la voluntad del conductor. Para ello, La Zancada propone llevar a cabo las siguientes acciones en la ciudad de Cádiz:

  • Instalación de pasos de cebra sobreelevados, cojines berlineses o reductores de velocidad. Existe un amplio abanico de soluciones técnicas, adaptada a cada tipo de vía, velocidad y uso, ya sean vías 20, 30 o 50, o requieran el paso de transporte público.
  • Evitar la continuidad lineal de los itinerarios motorizados en zonas de calmado (30 y 20). Por ejemplo, en el paseo marítimo entre Puertas de Tierra e Ingeniero de la Cierva, se debe alternar el sentido de circulación por tramos de manzanas, de modo que un automóvil no pueda recorrer todo el paseo. Esto además eliminaría todo el tráfico de paso, reduciendo considerablemente la intensidad de tráfico en el ámbito. 
  • Estrechamiento de carriles, una de las medidas más efectivas para inducir una adaptación instintiva en el conductor a la velocidad de la vía. Aplicable especialmente en zonas de calmado (20 y 30) por las que no circule transporte público o recogida de RSU. Se puede realizar con mobiliario urbano, sin necesidad de grandes intervenciones u obras.
  • Creación de zigzags e introducción de cambios regulares en el pavimento que rompan la linealidad de la calzada, forzando a los automóviles a reducir la velocidad. Aplicable especialmente en zonas de calmado (20 y 30). Los zigzags pueden además realizarse con mobiliario urbano, sin necesidad de grandes intervenciones u obras.
  • Eliminación de los cajones en las paradas de bus que obligan a retirarse del carril de circulación. Con ello, los autobuses tienen que parar en la calzada, priorizando el uso de esta por aquellos e imponiendo la velocidad del bus en la vía. Esta es además la medida más efectiva para mejorar los tiempos de recorrido del autobús y evitar la parada indebida de automóviles, que dificultan o imposibilitan la subida y bajada de viajeros.
  • Aumentar los pasos de peatones en avenidas y principales calles. Deben ser situados en cada cruce con otra calle, garantizando el itinerario peatonal más corto en aplicación de la normativa de accesibilidad.
  • Regulación de tiempos y coordinación semafórica que priorice el cruce de peatones en las intersecciones e impida alcanzar altas velocidades aprovechando ondas verdes que facilitan el flujo continuo de tráfico. Aplicable fundamentalmente en las avenidas principales.
  • Elaborar un plan de supermanzanas para extramuros, que impida el tráfico de paso y limite la entrada de vehículos en cada zona al tráfico de necesidad.
  • Plan de peatonalización del casco histórico, que priorice el uso peatonal y regule las condiciones de acceso de vehículos autorizados. 

Por otro lado, además de las anteriores medidas, los límites establecidos en la normativa estatal son solo mínimos que es necesario adaptar a las circunstancias de la ciudad de Cádiz. En este sentido, dado el reducido tamaño del núcleo urbano y la fácil saturación del viario en horas punta y otros momentos de gran afluencia, debería establecerse una limitación más estricta de la velocidad en las avenidas principales, de dos o más carriles por sentido, reduciéndola a 40 km/h.

Igualmente, la velocidad de circulación en el casco histórico debe reducirse a 10 km/h, velocidad recomendada en zonas amplias compartidas de tráfico motorizado y peatonal.

Todas estas medidas tienen un coste reducido, perfectamente asumible por el ayuntamiento y con una rentabilidad social, ambiental y económica muy elevadas. Con pequeñas inversiones se pueden conseguir grandes resultados en la mejora de la calidad urbana y de vida ciudadana.

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