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Laura Chinchilla expone las oportunidades de América Latina, «ese edificio en crecimiento, pero inacabado»

Laura Chinchilla, presidenta de Costa Rica durante el periodo 2010-2014, ha sido la cuarta conferenciante del ciclo ‘De Cádiz al Mundo. Encuentros y reflexiones sobre la economía y el futuro para Cádiz’, diseñado en el marco del Tricentenario del traslado de la Casa de Contratación a la capital gaditana. Su intervención se titulaba ‘América Latina y la globalización de las oportunidades’; un punto de partida que ha permitido asistir a una radiografía y diagnóstico de dicha región, desde los ámbitos político, económico y social. La presidenta de la Diputación de Cádiz, Irene García, ha presentado a la que fuera primera mujer en acceder a la Presidencia de Costa Rica, esbozando algunos de los hitos de su gestión –como la reducción de los índices de criminalidad o la reducción de la tasa de inflación- y apuntando su actual perfil como líder de opinión, y en ámbitos como la gobernanza y el empoderamiento femenino.

El análisis de Laura Chinchilla partió de una década especialmente ominosa para la región iberoamericana: los años 80 del siglo pasado. Una “década perdida”, lastrada por desastres económicos y con una incipiente democracia (en los años 70 sólo 4 de los 19 países de América Latina convocaban elecciones libres y participativas). Amparándose en los pasos adoptados en Costa Rica explicó que sólo cabía una opción: “Atraer inversiones y diversificar la producción”. El tránsito, en el caso costarricense, ha sido notable: de exportar únicamente café y banana se evolucionó al comercio exterior de más de 4.000 productos en más de 150 destinos. Costa Rica, según expuso Chinchilla, está hoy a la vanguardia en producción tecnológica y es líder mundial en la comercialización de dispositivos médicos.

América Latina, según la conferenciante, supo revertir su situación. De hecho, la crisis económica iniciada en 2008 no deparó turbulencia alguna en Iberoamérica. Se asistió a la construcción de puertos, aeropuertos, carreteras y al desarrollo de la infraestructura digital. “Creció el empleo, se redujo la pobreza así como uno de nuestros lastres históricos: la desigualdad”. Y la clase media experimentó un alza notable, del 22 al 34 por ciento de la población.

“Pero no todo es felicidad en este ciclo virtuoso”, concluyó Laura Chinchilla, quien no fue complaciente en un discurso en el que trazó luces y sombras de una región que alterna “periodos de euforia y angustia”. Se amparó en un ensayo escrito por el escritor mexicano Carlos Fuentes en 1992, con motivo del quinto centenario del descubrimiento de América, titulado ‘El espejo enterrado’. En aquella ocasión Fuentes sostuvo un mensaje que aún es vigente, trazando un paralelismo entre América Latina y un edificio en construcción: “Creciendo pero inacabado. Enérgica pero llena de problemas irresolubles”. Para Chinchilla “la región es un edificio inacabado”.

Un inmueble que debe fortalecer sus bases de crecimiento, porque las actuales siguen demostrando una dependencia externa muy voluble, y aquejada de “una moderación de los precios de las materias primas, una reducción de bienes desde economías que estaban creciendo mucho (como es el caso de China) y los elevados costes de la financiación externa”. Chinchilla admitió esta fragilidad económica, así como problemas en la calidad democrática considerando que “los sistemas democráticos no sólo se limitan a los sufragios” sino a la satisfacción de las demandas ciudadanas.

A juicio de Laura Chinchilla se abren tres reformas inaplazables para América Latina: sobre su competitividad, la equidad de su sociedad y los modelos de gobernanza. La ex presidenta recordó que en los próximos 12 meses se celebrarán elecciones en 8 economías latinoamericanas, entre ellas las de Costa Rica, Brasil, Colombia, México o Chile. Considera que la decisión electoral no estará supeditada a cuestiones ideológicas, fruto de cierta desconfianza social: “Asistimos a la llegada de una nueva ciudadanía, más protagónica y emprendedora. Y esto es positivo, siempre y cuando las instituciones sepan canalizar las demandas sociales en el marco democrático”.

Laura Chinchilla ya estuvo en Cádiz en 2012, con motivo de la celebración de la Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno con motivo del bicentenario de la Constitución de 1812. Y también asistió a la apertura de la muestra ‘Costa Rica: Tierra de maravillas’, que se expuso en la capital gaditana. En su intervención en el ciclo ‘De Cádiz al Mundo’  identificó a Cádiz como “un lugar muy especial para Iberoamérica, anclado en su alma histórica. Cádiz es puente comercial y faro que iluminó las ideas democráticas”.

En un encuentro mantenido con Irene García, previo a la conferencia, Laura Chinchilla se ofreció a mediar en alguna misión que se establezca para abrir nuevas posibilidades comerciales en Costa Rica para empresas de la provincia de Cádiz. Diputación y las Cámaras de Comercio de la provincia de Cádiz afrontan en la actualidad un programa de internacionalización para pymes, basado en la asistencia a ferias especializadas para abrir nuevos escenarios de exportación de bienes y servicios.

En el ciclo ‘De Cádiz al Mundo’ se coordinan Diputación, la Confederación de Empresarios de Cádiz y la Fundación Cajasol.

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