En un alto porcentaje se trata de ancianos a los que el confinamiento puede afectar en sus necesidades vitales
«Se llama Juan, tiene más de 80 años y vive en la Sierra de Cádiz ajeno a todo lo que ocurre. Hoy hemos ido a visitarlo con las debidas precauciones para él, por si necesitara algo. Hacemos trabajo asistencial». Este texto, acompañado de la foto del propio Juan, con cara de extrañeza por lo que le estaban contando, forma parte del mensaje que han enviado a través de Twitter los agentes de medio ambiente de Andalucía. En él se pone de manifiesto la cara más positiva de la sociedad andaluza ante la situación que vivimos y que se mide en términos de solidaridad, una sociedad que se preocupa y se ocupa de los demás, especialmente de las personas más vulnerables.
Juan vive solo en una vivienda aislada y por las inmediaciones solo de tarde en tarde pasa alguien, algún senderista o algún vecino de las poblaciones más cercanas. A su edad, es lógico que estos paisanos que saben de la existencia de personas como Juan se preocupen de ellos, de visitarlos de manera más o menos periódica y de atender sus necesidades más básicas. Eso, al menos, es lo que sucedía antes de que se decretase el estado de alarma porque ahora esas visitas han dejado de producirse.
Sin embargo, ahora cuentan con una visita muy especial. Los agentes de medio ambiente de la Consejería de Desarrollo Sostenible han reconocido en la soledad de estas personas por la falta del contacto habitual con vecinos y transeúntes, una de las necesidades esenciales a las que quieren atender durante estos días en que se ha establecido el estado de alarma. Así, y a pesar de que los agentes van pertrechados con las oportunas medidas de seguridad, estas personas que viven solas y aisladas siempre reciben con entusiasmo la visita de los agentes de medio ambiente, los únicos que pueden hacerlo
Como las de todos los demás, en estos días de confinamiento las vidas de estas personas se han visto especialmente alteradas. Pero sus vidas tienen una particularidad: viven solas en lugares apartados en bosques y sierras de Andalucía. Es difícil cuantificar el número de personas o unidades familiares que viven en esta situación, pero sí se puede afirmar que en un porcentaje muy elevado se trata de personas mayores, algunas de ellas con patologías.
Se da la circunstancia de que hay quien no tiene teléfono ni televisión ni internet, de manera que son los agentes medioambientales los que les avisan de lo que está ocurriendo en el mundo. Para este servicio, cada agente se desplaza preferentemente de manera individual en un vehículo, al tiempo que van convenientemente equipados para la ocasión y mantienen en todo momento la distancia social. Su tarea consiste en facilitarles información y en conocer las necesidades básicas de estas personas para tratar de atenderlas en la siguiente visita.
Tareas de geolocalización
La tarea del agente va más allá de la simple visita, pues el protocolo de actuación establecido desde la coordinación regional del cuerpo establece que, además de las ya señaladas de información y atención a las necesidades, se proceda a recoger información de las personas que habitan la vivienda, edades, patologías (en el caso de haberlas), se anoten los teléfonos de contacto y se faciliten los números a los que deben llamar para situaciones de emergencia o necesidad. Además, los agentes proceden a la geolocalización de la vivienda con coordenadas UTM de cara a posteriores visitas.
Vigilancia de montes y vías pecuarias
Este cuerpo de funcionarios, que integran del orden de 850 agentes y que cuida de nuestros montes y parajes naturales, sigue realizando sus tareas habituales en estos días, una vez que se adoptaron las oportunas medidas para evitar su contagio. En cualquier caso se han tenido en cuenta las situaciones de personas incluidas en población de riesgo por edad o patologías, al tiempo que se han establecido situaciones de teletrabajo.
Esta función que están realizando los agentes de medio ambiente no ha supuesto descuidar ninguna de las tareas propias de la vigilancia de montes, vías pecuarias o espacios naturales, y, de hecho, mantienen especial atención a todas las cuestiones relacionadas con vertidos y residuos.
Desde el primer momento de la pandemia, los agentes de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible procedieron a precintar senderos, áreas recreativas, observatorios de aves, etc, así como a instalar carteles informativos. Pese a ello, ya han tenido que intervenir con algunas personas que han utilizado estos parajes desoyendo el confinamiento.