La empresaria Manolita Chen, una de las galardonadas con el Premio Triángulo Rosa 2024 del Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales de Madrid (Cogam), ha señalado que le sorprende que «la derecha» le ponga una calle cuando antes le «crucificaban».
«Ahora me ponen una calle y me hacen un homenaje y me hacen otro homenaje. Eso es lo que yo hasta ahora no entiendo», ha señalado en un Desayuno Informativo en la sede de Cogam este martes 4 de junio de 2024, un día después de que tuviera lugar la entrega de premios, entregados a diversad personalidades por su significativa contribución a la visibilidad y defensa de los derechos Lgtbi+ en la 34º edición de los Premios Triángulo de Cogam.
En este sentido, ha subrayado que lo que busca es luchar para que los miembros del colectivo «no estén de segunda». «Somos personas como todos. Para ello tenemos que luchar. Ni un tercer género, ni un segundo, ni un primero. No somos números, somos personas», ha señalado.
La artista, empresaria y activista es reconocida por ser la primera mujer trans a la que se aprobó el cambio de nombre y sexo en el DNI, así como la primera a la que se le reconoció el derecho de adopción en 1985. Durante el evento, ha repasado su vida, incluyendo experiencias traumáticas de juventud como el rechazo en su pueblo natal –Arcos de la Frontera, Cádiz–, las violaciones por parte de sus hermanos y sacerdotes o palizas por parte de la Guardia Civil.
Por esa parte, alaba que el Cuerpo le haya «pedido perdón públicamente», pero critica que la Iglesia no lo haya hecho. Desde 2023, cuenta con una fundación, la fundación Manuela Saborido, Manolita Chen, donde entre otras cosas ofrece alojamiento, información, asesoramiento, apoyo y atención a jóvenes Lgtbi.
En la actualidad, este Hogar Manolita Chen cuenta con cinco casas repartidas por varias ciudades y planea abrir una sexta en julio. En ella se alojan 16 jóvenes en situación de vulnerabilidad, urgencia social, exclusión social o que sean víctimas de violencia.
Allí, estos jóvenes –que pueden ir desde los 18 años hasta los 35 o 40– permanecen durante nueve meses en los que la organización les ayuda a estudiar o a encontrar trabajo, de tal manera que al final de su estancia puedan ser independientes.