Más de 6.600 personas conviven con un linfoma en Andalucía gracias a los avances en detección y tratamiento
La Sociedad Andaluza de Oncología Médica advierte de que la prevalencia del linfoma seguirá aumentando en los próximos años debido al envejecimiento de la población y a la mejora de la supervivencia de los pacientes.

Andalucía cuenta actualmente con más de 6.600 personas que viven con un linfoma, según datos de la Sociedad Andaluza de Oncología Médica (SAOM) difundidos con motivo del Día Mundial del Linfoma. La mayoría corresponden a linfomas no Hodgkin (5.800 casos), mientras que unos 900 son linfomas de Hodgkin. Estas cifras, extraídas de las estimaciones de GLOBOCAN 2022, reflejan el impacto de esta enfermedad en una comunidad con 8,7 millones de habitantes y ponen de relieve la necesidad de reforzar los recursos de diagnóstico y tratamiento en el sistema sanitario público.
Los especialistas prevén que, en los próximos años, aumente el número de pacientes con linfoma en términos absolutos debido al crecimiento poblacional y al progresivo envejecimiento de la sociedad andaluza. Aunque la incidencia ajustada por edad se mantiene estable, con un ligero incremento del 0,5% anual según la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN), lo que crecerá con más intensidad será la prevalencia. La razón es que cada vez más pacientes logran superar la enfermedad o mantenerla bajo control durante largos periodos gracias a la detección precoz y a los avances terapéuticos.
En cuanto al perfil de los afectados, la edad media de diagnóstico varía según el subtipo: el linfoma no Hodgkin suele detectarse en torno a los 67 años, mientras que el linfoma de Hodgkin aparece más temprano, con una mediana de 39 años y un patrón bimodal que concentra casos tanto en adultos jóvenes como en personas mayores de 55.
Factores de riesgo y prevención
El linfoma puede desarrollarse en cualquier persona, aunque existen factores de riesgo identificados. Entre ellos se encuentran ciertas infecciones crónicas que afectan al sistema inmunitario, como la bacteria Helicobacter pylori, el virus de la hepatitis C, el virus de Epstein-Barr o el retrovirus HTLV-1. También influyen situaciones de inmunodeficiencia o tratamientos inmunosupresores prolongados, además de algunas enfermedades autoinmunes como la celiaquía o el síndrome de Sjögren. La exposición a pesticidas, benceno o radiación ionizante también se ha relacionado con un mayor riesgo.
Los oncólogos advierten, sin embargo, de que la mayoría de pacientes no presentan causas claras ni antecedentes que expliquen el desarrollo de la enfermedad. Además, no existe un programa de cribado poblacional para el linfoma, por lo que la prevención se centra en hábitos de vida saludables, la detección temprana de infecciones y la atención médica ante síntomas como ganglios inflamados, fiebre persistente, pérdida de peso o sudoración nocturna.
Avances terapéuticos
El tratamiento de los linfomas ha experimentado una auténtica revolución en los últimos años. Mientras que la quimioterapia combinada con anticuerpos monoclonales fue durante décadas la base del abordaje, la llegada de la terapia CAR T en 2019 ha marcado un antes y un después. Esta técnica, que modifica genéticamente linfocitos del propio paciente para atacar las células tumorales, ha demostrado una eficacia notable en casos refractarios.
En Andalucía, tres hospitales están acreditados para aplicar la terapia CAR T: el Virgen del Rocío de Sevilla, el Reina Sofía de Córdoba y el Regional Universitario de Málaga. Además, se han incorporado nuevos fármacos como anticuerpos inmunoconjugados, biespecíficos e inhibidores de tirosina cinasa, que han ampliado las opciones para pacientes en recaída o con subtipos agresivos.
En general, el pronóstico del linfoma es favorable. El linfoma de Hodgkin alcanza tasas de curación del 80 al 90%, mientras que los linfomas B agresivos rondan el 60%. Los linfomas indolentes suelen cronificarse, permitiendo largos periodos de remisión, y los linfomas T alcanzan hasta un 50% de curación.
Andalucía como referente
La comunidad andaluza se ha consolidado como referente nacional en la investigación y tratamiento de los linfomas. Sus especialistas participan activamente en el Grupo Oncológico para el Tratamiento y Estudio de los Linfomas (GOTEL) y en ensayos clínicos que han permitido avanzar en nuevas terapias.
La doctora Silvia Sequero, coordinadora del Grupo de Trabajo de Linfomas de la SAOM, subraya que “el linfoma es una enfermedad que, en gran parte de los casos, podemos curar o controlar durante años gracias al desarrollo de nuevas terapias. En Andalucía contamos con centros de referencia, investigadores de primer nivel y acceso a los tratamientos más innovadores, lo que nos sitúa en una posición privilegiada para ofrecer la mejor atención a nuestros pacientes”.
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