La Policía Nacional ha trasladado desde la Comisaría Provincial de Cádiz a quince detenidos de la operación ‘Grajuela’, con la que se ha desarticulado a la mayor red de ‘narcotransportistas’ del Estrecho, hasta los juzgados de Sanlúcar de Barrameda para ser puestos a disposición judicial, según han indicado fuentes policiales.
En una operación conjunta entre funcionarios de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, agentes de la Policía Nacional, Guardia Civil y la Policía Judiciária de Portugal, y coordinada por la Fiscalía Especial Antidroga de Jerez de la Frontera, han desarticulado la mayor red de narcotransportistas del Estrecho, con 31 detenciones, de los que doce ya se encontraban en prisión.
Además, se llevaron a cabo la práctica de 24 registros domiciliarios y se abortó hasta cuatro operaciones de la organización e incautar tres armas cortas, 1,4 millones de euros en efectivo, 19 vehículos de alta gama, sistemas de comunicación, material informático, dos ‘narcolanchas’ en el país luso y otras tres embarcaciones en España.
Según han explicado, el centro de operaciones estaba ubicado en una lujosa urbanización de Lisboa, desde donde un histórico narcotraficante dirigía y coordinaba todas las operaciones navales. También contaban con infraestructura y una amplia red de colaboradores en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda, de donde eran originarios los cabecillas del entramado.
La investigación acreditó que los cabecillas de la organización, originarios de Sanlúcar de Barrameda, empleaban esta ciudad gaditana como base de operaciones en España, debido al perfecto conocimiento que tenían de la zona y la orografía de la misma, así como a la nutrida red de colaboradores con la que contaban en dicho municipio.
La organización disponía de una media de entre ocho y diez embarcaciones EAV –Embarcaciones de Alta Velocidad–, conocidas como ‘narcolanchas’, que se encontraban en todo momento en el agua con sus respectivas tripulaciones, así como de una nutrida red de pequeñas embarcaciones que utilizaba para facilitar a las anteriores todo lo necesario, como víveres o gasolina.
La investigación se inició en mayo del pasado año, cuando los agentes detectaron que la organización criminal trató de recoger un cargamento de 6.000 kilos de cocaína de un ‘narcosubmarino’ proveniente de Sudamérica. Sin embargo, los problemas mecánicos que sufrió la embarcación durante la travesía provocaron su hundimiento, lo que frustró la acción criminal.
A partir de ese momento, las pesquisas policiales giraron en torno al funcionamiento de la estructura de la organización, acreditando que los líderes de la misma estaban asentados en las localidades gaditanas de Sanlúcar de Barrameda, Chipiona y El Cuervo (Sevilla).