Pensiones contributivas y no contributivas: revalorización 2025 y requisitos para solicitarlas
El Gobierno incrementa las pensiones contributivas un 2,8% y las no contributivas un 9% para garantizar el poder adquisitivo y proteger a los colectivos más vulnerables.

El Gobierno ha revalorizado en 2025 las pensiones contributivas y no contributivas, manteniendo su compromiso de proteger el poder adquisitivo de los pensionistas y apoyar a los ciudadanos más vulnerables. Según los últimos datos, las pensiones contributivas suben un 2,8%, mientras que las no contributivas se incrementan un 9%. Esta medida afecta a más de 12 millones de prestaciones en todo el país.
Las pensiones contributivas incluyen jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y prestaciones a favor de familiares. La pensión media del sistema en agosto de 2025 se situó en 1.312,9 euros al mes, destacando la pensión media de jubilación con 1.507,5 euros y la de viudedad con 935,8 euros mensuales. Estas pensiones dependen de las cotizaciones del trabajador y el empresario y pueden ser vitalicias o temporales, según el tipo de prestación.
Entre las modalidades más comunes de pensión contributiva se encuentran la jubilación ordinaria, que requiere al menos 15 años de cotización y cumplir la edad legal, actualmente entre 65 y 66 años y 6 meses; la jubilación anticipada, que permite retirarse antes de la edad legal bajo ciertas condiciones; la jubilación parcial, que combina trabajo a tiempo parcial con el cobro de una parte de la pensión; y la jubilación flexible, pensada para quienes desean compatibilizar pensión y trabajo parcial.
La pensión por incapacidad permanente cubre la pérdida de ingresos por disminución de capacidad laboral y puede ser parcial, total, absoluta o gran invalidez. Las prestaciones por fallecimiento incluyen viudedad, orfandad y en favor de familiares, compensando la necesidad económica derivada de la muerte de un ser querido. La gestión de las pensiones contributivas corresponde principalmente al Instituto Nacional de la Seguridad Social.
Por su parte, las pensiones no contributivas se otorgan a ciudadanos sin recursos suficientes, aunque no hayan cotizado a la Seguridad Social o no lo hayan hecho durante el tiempo requerido. Existen dos tipos: jubilación e invalidez. La cuantía anual para 2025 se establece en 7.905,80 euros (568,70 euros al mes en 14 pagas) y se determina según la unidad económica de convivencia del solicitante.
Para acceder a la pensión no contributiva de jubilación, es necesario tener 65 años o más, residir legalmente en España durante al menos 10 años (de los cuales dos deben ser consecutivos antes de la solicitud) y cumplir requisitos de ingresos. En el caso de la pensión no contributiva de invalidez, el solicitante debe tener entre 18 y 65 años, residir legalmente cinco años en España (dos últimos consecutivos) y presentar un grado de discapacidad igual o superior al 65%. La gestión de estas pensiones corresponde a los órganos competentes de cada comunidad autónoma y al IMSERSO en Ceuta y Melilla.
En general, no es posible cobrar dos pensiones del mismo régimen simultáneamente, excepto la pensión de viudedad. En las contributivas, sí se puede combinar pensiones de distintos regímenes si se cumplen los requisitos de cotización. Además, los médicos de atención primaria pueden compatibilizar la pensión de jubilación con su trabajo, percibiendo hasta el 75% del importe de la pensión si cumplen ciertas condiciones.
Con estos incrementos y ajustes, el Gobierno busca reducir la brecha de género, favorecer a los pensionistas con rentas más bajas y garantizar una prestación económica digna para los ciudadanos más vulnerables, reforzando el sistema de protección social en España.
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