El prelado asume el gobierno pastoral de forma temporal tras la renuncia de Rafael Zornoza y expresa su voluntad de “servir con cercanía, unidad y esperanza”.

La Diócesis de Cádiz y Ceuta ha recibido este sábado el primer mensaje de Mons. Ramón Darío Valdivia, nombrado Administrador Apostólico tras la aceptación de la renuncia de Mons. Rafael Zornoza Boy. El nombramiento, anunciado por la Santa Sede en la festividad de Santa Cecilia, abre una etapa de transición hasta la designación de un nuevo obispo titular.
En su carta dirigida a toda la diócesis, Valdivia ha agradecido la confianza depositada en él para asumir esta responsabilidad episcopal temporal. “Será un periodo transitorio, pero cada instante cuenta en nuestro camino de fe; estoy decidido a vivirlo con intensidad y agradecimiento”, ha señalado.
El nuevo Administrador Apostólico ha expresado también su reconocimiento a Rafael Zornoza por los catorce años al frente de la diócesis y ha pedido oraciones por su plena recuperación. Asimismo, ha recordado a todas las personas que han trabajado para sostener la vida pastoral en la diócesis durante este tiempo.
Valdivia ha afirmado que afronta esta etapa “no como un extraño”, subrayando su vinculación previa con la Iglesia gaditana y ceutí a través de la Delegación de Patrimonio de los Obispos del Sur y otras colaboraciones. Ha mostrado su intención de ejercer un ministerio cercano, destacando su voluntad de acompañar a sacerdotes, diáconos, vida consagrada, seminaristas, familias, jóvenes, mayores, enfermos, migrantes y personas necesitadas.
El Administrador Apostólico también ha dirigido un mensaje específico a la sociedad civil de Cádiz y Ceuta, a la que ha ofrecido su “reconocimiento y disponibilidad” para colaborar desde la pluralidad religiosa, cultural y social del territorio. Ha destacado el carácter fronterizo de la diócesis como “puerto de llegada y salida, lugar de encuentro y de conocimiento mutuo”.
Valdivia concluye su mensaje poniéndose en manos del Espíritu Santo y bajo la protección de la Virgen —en sus distintas advocaciones locales— y de los santos patronos de Cádiz y Ceuta, a quienes confía esta nueva etapa pastoral.
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