La secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, ha clausurado el ciclo de conferencias De Cádiz al mundo organizada por la Diputación de Cádiz en coordinación con la Confederación de Empresarios de Cádiz y la Fundación Cajasol. El vicepresidente de Diputación, Juan Carlos Ruiz Boix, el diputado provincial Fran González y el presidente de la CEC, Javier Sánchez Rojas, han acompañado a Grynspan en un acto en el que también han comparecido el subdelegado del Gobierno, Agustín Muñoz; el rector de la Universidad de Cádiz, Eduardo González Mazo y el presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, José Luis Blanco, entre otros responsables institucionales y empresariales.
Rebeca Grynspan ha explicado la evolución de la Secretaría General Iberoamericana (Segib); la transformación de América Latina en las últimas décadas; las fortalezas, amenazas y oportunidades del espacio iberoamericano, así como el potencial de una generación de jóvenes cualificados que requieren unas instituciones de calidad capaces de traducir ese talento en beneficios económicos y sociales. Su reflexión se condensó en la conferencia Iberoamérica frente a un contexto global incierto.
La Segib fue aprobada en el año 2003 si bien fue operativa a partir de 2005. Su vigencia permitió una evolución de las Cumbres donde confluyen sus 22 Estados miembros: Las Cumbres pasaron a ser Conferencias en las que se celebran reuniones sectoriales entre Ministerios, así como foros de gobiernos locales, de empresas y sociedad civil. Ahora, se precisa una segunda transformación, según indicó Grynspan, de Conferencia a comunidad, considerando que el ámbito iberoamericano es un espacio de convivencia ajeno a la dinámica de bloques que sí puede tener su lógica en la relación entre América Latina y Europa.
La lengua y la cultura, comunes entre las dos orillas del Atlántico, son también estímulos para la cooperación empresarial y el desarrollo económico según expuso Rebeca Grynspan. Y lo justificó con datos: La inversión directa de España en América Latina se cuadruplicó en el periodo 1994-2014, y en ese mismo intervalo- la inversión de América Latina en España se multiplicó por 26. Pese a que el punto de partida era discreto los datos revelan un evidente dinamismo. En las últimas décadas, según apuntaba la secretaria general iberoamericana, la inversión española en la región se prodigó en infraestructuras, telecomunicaciones y el sector bancario, si bien en los tiempos más recientes se advierte una diversificación. Como ejemplo, ilustró que sólo en México hay establecidas 6.000 empresas españolas.
Grynspan ofreció una radiografía de la estructura social de América Latina. Pese a que la desigualdad es aún un problema de calado, en los últimos años se ha multiplicado por cuatro el Producto Interior Bruto per cápita. Y ya podemos concluir que hay más personas en la clase media que bajo el umbral de la pobreza, si bien la desaceleración económica con efectos como la bajada de precios en las materias primas- amenaza con revertir estos logros.
El avance iberoamericano, incuestionable durante el siglo XXI en términos macroeconómicos, sí encuentra dos limitaciones: la discreta evolución de las pequeñas y medianas empresas la microeconomía- que requiere mayores cotas de productividad, y sobre todo la desafección social, es decir la desconfianza de los ciudadanos hacia sus instituciones. Rebeca Grynspan considera que en estos momentos América Latina dispone de la juventud mejor formada de su historia que demanda más empleo y mejor remunerado; mejores servicios; democracias de calidad e instituciones públicas eficaces. Una demanda social procedente de la generación del talento ansiosa de oportunidades que deben ser satisfechas por los poderes públicos. A esas aspiraciones hay que unir la necesidad de infraestructuras y redes logísticas solventes que puede ser viable con una alianza entre los sectores público y privado.
Rebeca Grynspan razonó que España está concernida en la resolución de esos retos. Expuso de hecho un ejemplo sin salir de la propia provincia de Cádiz: el acuerdo con la Universidad de Cádiz para propiciar la movilidad de universitarios iberoamericanos. La Secretaría General Iberoamericana está promoviendo actuaciones en las que están implicándose emprendedores españoles: es el caso de la plataforma de innovación ciudadana en la que confluyen 4.500 iniciativas de 12 países y que permite la conexión de 20.000 personas. Ese talento agrupado es el germen de los denominados laboratorios de innovación ciudadana: uno de estos foros se celebrará en febrero de 2018 en la población colombiana de Nariño y permitirá, en un escenario de posconflicto, la presentación de unas nuevas prótesis para personas que han perdido algún miembro por la explosión de una mina. Prótesis diseñadas en impresoras 3D, por un equipo de jóvenes españoles y colombianos, y que son 600 veces más baratas que el mercado. En esos mismos laboratorios se concretan recursos muy valiosos como es el caso de los captadores de niebla para la obtención de agua potable.
El vicepresidente de Diputación, Juan Carlos Ruiz Boix, valoró la presencia de Rebeca Grynspan: Una persona que se confiesa racionalmente optimista y que debe hilar fino para obtener consensos entre los 22 Estados que confluyen en la Secretaría General Iberoamericana. Y no es fácil. Ningún organismo, de los llamados multilaterales, nada en aguas tranquilas. Pero son escenarios propicios para comprobar la eficacia de las relaciones internacionales y la necesidad de la política. La política, ese bien necesario. Esa clave de entendimiento. De superación de problemas, frente a la fragmentación y los desafíos populistas y de identidad excluyente que hoy nos amenazan.
Con Rebeca Grynspan se cierra el ciclo De Cádiz al mundo. Encuentro y reflexiones para la economía y el futuro para Cádiz. Un programa en el que también han intervenido Luis Pardo, José Luis Cordeiro, Sebastián Álvaro, Laura Chinchilla y Sarah Harmon.