Se le reconoce la capacidad de dirigir o liderar a un grupo humano a aquellos que defienden y exponen las cosas en las que creen , sin miedo, con convicción.
El liderazgo se muestra con mayor claridad en las situaciones complicadas y difíciles, es el momento de la verdad, cuando se evalúan los dirigentes y los aspirantes.
El pasado año ha evidenciado la carencia de esta cualidad en la mayor parte de los dirigentes territoriales del PSOE, han mostrado su insolvencia para ejercer el liderazgo, no han estado a la altura que la ocasión requería.
Al parecer sabían lo que había que hacer al día siguiente de las elecciones de Junio. Consideraban la abstención como lo más conveniente para el país y el partido, pero como ello ponía en peligro su supervivencia política (ganar el Congreso Federal), decidieron no defender lo que creían y dejar que la situación se pudriera.
Es chocante que alardeen de “lealtad con España” quienes por tacticísmo y conveniencias personales renunciaron a defender la abstención en las reuniones del Comité Federal.
La adopción de acuerdos políticos difíciles y complejos requieren la exposición de los distintos pareceres con sinceridad y franqueza, sin subterfugios y marrullerías. El bálsamo que actúa como ungüento cicatrizador de los roces y heridas de las controversias políticas es el debate. Y permite calibrar la talla de los que nos representan.
Rehuyendo dar la batalla, renunciando a defender sus convicciones, evidenciaron que anteponían sus intereses personales, al del país y al del partido.
Debieron defender la abstención con claridad y dimitir de sus responsabilidades orgánicas si su posición no era compartida. En la historia reciente del PSOE, esto es lo que sucedió en 1979 cuando se planteó la renuncia del marxismo como seña de identidad . En aquellos tiempos nos identificaban por nuestro líder, nuestras convicciones y nuestro compromiso.
Ahora toca reconstruir los puentes rotos y dejar el modo ajuste de cuenta en el que estamos instalado, pero los pasos y acciones que se están dando no apuntan a solucionar el problema.
Las primarias son el eje central del proceso congresual y hasta ahora los candidatos/as no centran sus discursos en las reformas que el partido requiere. Es de perogrullo recordar que en las primarias votamos solo los afiliados, y sin embargo las intervenciones gravitan en torno a la gobernanza del país y en la exhibición del fondo de armario que los arropa,
A los aspirantes a liderar la organización hay que exigirles que aborden y expliquen el declive electoral y el continuado desafecto ciudadano. Así como, la atonía y falta de actividad de las agrupaciones locales. En suma, si son capaces de ofrecer soluciones para arreglar la casa, estarán en la senda correcta para aspirar a dirigir el país. Lamentablemente, siguen instalados en el tacticismo y con actitudes dilatoria, que dilapida los tiempos y abonan la creencia de que las practicas clientelares que rigen el funcionamiento interno, impiden la regeneración orgánica.
Francisco Blanco Romero