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Sáb. Abr 20th, 2024

Rosa FreyreCuando hace aún bastantes días para que llegara el tan anunciado y decisivo de las votaciones para elegir, entre todos los ciudadanos de los Estados Unidos de Norteamérica a su presidente, parecía del todo evidente que la victoria del Partido Demócrata y de su candidata Hillary Clinton estaba cantada. Una victoria que venía avalada por la singular presencia e ideología de su adversario por el Partido Republicano, Donald Trump, un millonario, no como muchos, sino con un carácter un tanto especial, pues estaba realmente orgulloso de todos sus logros, de su forma de alcanzar poder económico y social, de su vida personal, e incluso de toda una serie de hechos que han venido a demostrarnos que DONALD TRUMP no es más que al americano medio al que la fortuna le ha hecho «afortunado».

Pensar que en el país de las oportunidades llegara a producirse un hecho de la magnitud , máxime después de que un presidente afroamericano, Barac Obama hubiera llegado a ocupar dicho cargo, -la primera vez en la historia de los EE.UU. en la que un hombre de color ocupaba la Casa Blanca-, que la situación política, y con ella, la económica, social, laboral, diera un giro de 180º era algo difícil de predecir.

No obstante, sí que hubo una predicción sobre esta posibilidad y la llevó a cabo una niña, Lisa, convertida en mujer,  protagonista de unos dibujos animados «Los Simpson», en su capítulo 17 de la temporada 11, emitido en el año 2000, en el que Lisa es Presidenta de los EE.UU.  nos acerca a la situación que tiene que afrontar después de que Trump provocara la quiebra del país, tras su paso por la presidencia en cuestión.

Personalmente, no es que mi opinión  sobre el resultado de estas elecciones se adelantara tanto en el tiempo, más siempre aposté a que ganaría Donald Trump. Y algo muy importante a tener en cuenta es que quien ha perdido, digo bien, perdido, es Hillary Clinton, que quizá no haya sido la elección más acertada para competir con el deslenguado Trump, pues los Clinton, tanto Bill, su marido, al que perdonó una infidelidad, que fue motivo de infinidad de titulares a lo largo de bastante tiempo, como Hillary, que ha cometido un grave error, al utilizar un servidor privado para canalizar secretos de Estado, lo que pone a su país en un potencial peligro frente a cualquier intromisión extranjera, ha ido perdiendo popularidad, semana tras semana, día tras día, y de ello daban buena prueba las continuas encuestas en las que Hillary Clinton le sacaba, si acaso, 2 o 3 puntos de diferencia a Trump.

El mensaje de Hillary Clinton no ha sabido hacerlo llevar a las clases mas populares, en las que obviamente se da el mayor número de desconocimiento de muchos aspectos de la politica, la economía, etc… porque, sencillamente, no leen sobre dichos temas, ni les interesan…, lo único que esa gran mayoría de ciudadanos quiere es que su país, EE.UU. vuelva a ser la potencia económica que fue, que no tenga que vivir con el miedo a continuos atentados, algo que surgió a raíz de los ataques a las Torres Gemelas de Nueva York, el conocido como 11-S, y que destruyeron el llamado «sueño americano». Ese día, por vez primera, el estadounidense de clase media vio como la fortaleza que parecía tener su país se derrumbaba y con ella, el miedo empezó a hacerles pensar en su forma de combatirlo.

Las políticas llevadas a cabo por Obama en distintos aspectos, entre ellos, la sanidad, que no lo han sido con el alcance que planteó el entonces candidato, por el simple hecho de que las farmacéuticas, las aseguradoras tienen muchísimo poder, y el poder está asentado sobre pilares bien sólidos,  la situación de los inmigrantes, los enfrentamientos raciales que han ido aumentando,  y sobre todo, en los últimos meses, los atentados con armas dirigidas a centros recreativos y comerciales, a institutos y escuelas con decenas de víctimas, han puesto de manifiesto la debilidad de la seguridad en un país que eso es justamente lo que sus ciudadanos demandan.

Donald Trump, con su aspecto de «granjero último modelo», con su esposa eslovaca, y sus ocho hijos de tres mujeres diferentes, aunque este último aspecto es bastante común en EE.UU. ha ido, poco a poco, tocando la fibra sensible de la gente que lo que quiere es que si existe un puesto de trabajo, lo sea para el ciudadano de su país, si existen empresas que ofertan empleo, que lo hagan en su territorio, y no busquen terceros países, con el fin de abaratar costes y que nadie les prive de la posibilidad de defenderse, lo que entienden como tener un arma en casa, o si es posible, dos.

En un país en el que están contabilizadas 300 millones de armas, ¿qué podemos esperar? Y durante el mandato de Obama ha sido del todo imposible no solo erradicar el hecho de tener un arma, sino ni siquiera de hacer más difícil el acceso a ellas.

Es así como Donald Trump ha conseguido, con un discurso dirigido a enaltecer las virtudes del pueblo americano, de ahí su acercamiento a lo que viene a considerarse «populismo», pues los populismos no conocen de ideologías, ni de izquierdas ni de derechas, solo saben de los valores de lo que consideran la unidad de la Patria frente a la intromisión extranjera, esa mayoría es la que le ha llevado a la victoría. Y hasta el último momento, ciertas encuestas daban como vencedora a la señora Clinton, pero, sinceramente, creo que estaban un tanto maquilladas.

Algo que me ha hecho pensar en el talante democrático de Hillary Clinton ha sido la circunstancia de que se negó a aceptar que había perdido, eso sí, dirigió unas palabras al ya ganador, pero sin asumir que ella había perdido, en la que será del todo probable la última oportunidad para esta mujer de acceder a la presidencia de los EE.UU. de Norteamérica.

Y también es necesario hacer una reflexión sobre las diferentes manifestaciones que han tenido lugar, por supuesto, en los estados en los que ha ganado por votos Hillary Clinton, contra la victoria de Donald Trump, al que no consideran apto para presidir un país como EE.UU.

Pero señores es que estamos en una democracia, valga la palabra también para los resultados de las elecciones de nuestro país, -si bien su sistema de cómputo de votos es distinto-, y ha habido una mayoría que ha elegido a este señor, pues al que muchos ridiculizan por su peinado, eso es algo intrascendente, grandes personalidades de la historia han sido portadores de peinados y pelucas de dudoso gusto, para que les represente y para que marque lo que vayan a ser las directrices políticas, económicas, sociales, laborales, de toda índole.

Porque si nos estamos planteando el hecho de que una mayoría puede estar equivocada en su elección, también podemos plantearnos el hecho de que  todo el mundo no está capacitado, en el sentido de tener el sentido común suficiente, para decidir con su voto, los destinos de un país. Y ello es una prueba de fuego para lo que conocemos como «democracia».

Habrá que esperar acontecimientos, lo mismo resulta ser un buen presidente, la lógica y el azar llevan muy distintos caminos, aunque de vez en cuando confluyan. Eso es lo que tenemos.

 

 

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