Un especialista de Quirónsalud Campo de Gibraltar advierte de que un cateterismo a tiempo “salva vidas” ante una obstrucción coronaria
El jefe de Cardiología del hospital recuerda que intervenir en los primeros 90–120 minutos tras un síndrome coronario agudo es clave para la supervivencia del paciente.

El jefe del servicio de Cardiología del Hospital Quirónsalud Campo de Gibraltar, el doctor Manuel Jesús Ruiz Ruiz, ha subrayado la importancia vital de realizar un cateterismo en los minutos posteriores a una obstrucción coronaria aguda. Según explicó, actuar en los primeros 90 a 120 minutos tras el inicio de un síndrome coronario agudo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte del paciente, especialmente cuando la arteria está bloqueada por completo.
El especialista recordó que los síndromes coronarios agudos constituyen una emergencia médica causada por una reducción brusca del flujo sanguíneo al corazón, generalmente provocada por la rotura de una placa de aterosclerosis que genera un coágulo. La falta de oxígeno en el músculo cardiaco provoca una isquemia que, si no se trata con rapidez, puede ocasionar la muerte de parte del tejido, lo que se conoce como infarto.
Ruiz Ruiz explicó que existen dos tipos principales de síndromes coronarios agudos, diferenciados a través del electrocardiograma. En el síndrome coronario sin elevación del ST, la obstrucción es parcial o temporal y el dolor puede aparecer en reposo o con un esfuerzo mínimo. En el síndrome coronario con elevación del ST, la arteria está completamente bloqueada, lo que constituye “el infarto clásico y más grave”, por lo que la prioridad es abrir la arteria en el menor tiempo posible.
El tratamiento varía en función del tipo de episodio cardiaco. El síndrome sin elevación del ST suele requerir la realización de un cateterismo en las primeras 72 horas, con posible colocación de un stent si la arteria lo precisa. En el caso del síndrome con elevación del ST, la intervención debe realizarse en menos de 90–120 minutos para realizar una angioplastia y restablecer el flujo sanguíneo. Cuando un paciente no puede llegar a tiempo a un centro con sala de hemodinámica, se administra medicación destinada a disolver el coágulo.
El especialista señaló que los síntomas más frecuentes incluyen dolor opresivo en el centro del pecho que irradia a brazos, cuello o espalda, sudor frío, náuseas, mareo o dificultad para respirar. No obstante, advirtió que en mujeres, personas mayores y pacientes diabéticos el dolor puede ser atípico o incluso inexistente, manifestándose únicamente como cansancio extremo, dificultad para respirar o molestias abdominales.
El doctor Ruiz insistió en que la prevención es una de las herramientas más eficaces para evitar estos episodios cardiacos agudos y destacó la importancia de controlar los factores de riesgo. Entre ellos señaló el tabaco, la presión arterial elevada, el colesterol LDL alto, la diabetes no controlada, el sedentarismo, el estrés y el exceso de peso. También recomendó mantener hábitos cardiosaludables mediante ejercicio regular, dieta mediterránea y revisiones médicas periódicas.
El especialista recordó que el reconocimiento temprano de los síntomas y la llamada inmediata a los servicios de emergencias resultan determinantes. “El tiempo es músculo y el tiempo es vida”, recalcó.
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