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Un estudio de la UCA muestra que alcanzar mayores niveles de biodiversidad pasa por conservar terrenos grandes

Por Redacción Oct 26, 2021 #Cádiz #investigación #uca
Imagen de archivo del Parque Nacional de Doñana. – JUNTA DE ANDALUCÍA – Archivo

Un estudio realizado por David García Callejas, Ignasi Bartomeus y Óscar Godoy, investigadores de la Estación Biológica de Doñana y de la Universidad de Cádiz, muestra cómo diferentes factores explican estas las relaciones universales sobre la presencia de un mayor número de especies cuanto mayor sea el área y cómo se pueden estimar las especies que podrán coexistir a largo plazo y aquellas que tienen tendencia a desaparecer.

Según ha informado el CSIC en una nota, para explicar el aumento del número de especies con el área observada existen dos hipótesis generales: la que dice que simplemente aumentando el área disponible habrá espacio para más números de individuos y por tanto se observarán un mayor número de especies; y la que argumenta que, además de estos factores espaciales, al aumentar el área también aumenta el rango de condiciones ambientales observadas, con lo que especies adaptadas a diferentes ambientes podrán coexistir en un área mayor.

En este estudio, los autores muestran cómo el factor espacial, sin tener en cuenta variaciones en las condiciones ambientales, es el más importante con diferencia para explicar la distribución de especies vegetales en un área de estudio ubicada en la Finca Caracoles dentro del Parque Nacional de Doñana. La variabilidad ambiental es, por el contrario, relativamente poco importante para explicar el aumento de especies en la zona estudiada.

Para llegar a estos resultados, los autores han utilizado modelos matemáticos que caracterizan las interacciones entre especies y cómo estas regulan el crecimiento de las poblaciones. El investigador David García ha explicado que «esto es muy novedoso, porque hasta ahora, el papel de las interacciones entre especies no se había tenido en cuenta para estudiar la relación entre área y número de especies, pero estas interacciones resultan ser muy importantes» .

En el estudio se han tomado datos de campo de 8900 individuos de 19 de plantas a lo largo de un área de 650 metros cuadrados durante cinco años y se ha observado cómo las diferentes especies se distribuyen por el espacio, y cómo la cercanía de otras plantas afecta a la producción de semillas de cada individuo. Los autores se centran en la competencia entre especies para explicar por qué el espacio es más importante que la variabilidad ambiental.

«Se observa que las interacciones de competencia son débiles en su gran mayoría, e incluso hay fenómenos de facilitación, lo que en su conjunto permite a las especies coexistir sin necesidad de que existan variaciones ambientales fuertes a lo largo del espacio», ha explicado David García.

El estudio, además, tiene un claro mensaje para la conservación de la diversidad en ambientes mediterráneos, puesto que demuestra que «cuanto más grande es un territorio, más probable es que consiga albergar elevados niveles de biodiversidad, aunque se encuadre en un ambiente relativamente homogéneo».

«Con este estudio se demuestra que, para alcanzar altos niveles de biodiversidad, se necesitan conservar territorios grandes, hay especies grandes, como el lince, que necesitan grandes territorios para sobrevivir, pero muchas poblaciones de plantas o insectos podrían sobrevivir, técnicamente, en áreas de apenas unos metros cuadrados», ha afirmado Ignasi Bartomeus, investigador de la Estación Biológica de Doñana-CSIC.

Sin embargo, según ha añadido Bartomeus, «a nivel práctico, en esas áreas pequeñas no hay oportunidades para que diferentes combinaciones de especies convivan» y «si se quieren alcanzar altos niveles de biodiversidad, se necesitan áreas más grandes».

Por último, Óscar Godoy, investigador de la UCA, ha explicado que «la biodiversidad necesita área para automantenerse gracias a la red de interacciones que genera, gracias a tener áreas grandes hay tanto interacciones de competencia como interacciones de facilitación». «Si se reducen las áreas, las relaciones van a hacerse más competitivas, de modo que la biodiversidad va a tender a autolimitarse por un efecto de área», ha subrayado.

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